4 motivos para ver Taxi Driver, de Martin Scorsese

Hay películas que no merecen presentación. Y luego está Taxi Driver. Para muchos la mejor película rodada en Nueva York, esta historia de un excombatiente de Vietnam y su descenso a los infiernos de la ciudad en la que cada noche conduce un taxi encierra no solo el desencanto y la depresión del pueblo americano de los años 70, sino el oficio y el buen hacer de un director que se convertiría con el paso de los años en un autor arriesgado sin el que no se podría entender la evolución del cine de Hollywood.

  1. You talkin’ to me?

Es, sin duda, una escena mítica del cine. que quizás muchos conocen aun sin haber visto la película. Lo cierto es que este icónico momento fue fruto de la improvisación, y, pese a que hay muchas teorías, se desconoce exactamente de donde se sacó De Niro la frase: unos dicen que se inspiró en la frase de un cómico neoyorquino; otros que era una coletilla parte del método del Actor’s Studio; incluso hay quien asegura que se trata de una frase que Bruce Springsteen solía decir en sus conciertos por aquella época. Sea como fuera, De Niro logró dotarla de un sentido completamente distinto. Frente al espejo, con esa cara de ido, jugando con la pistola… ¡con qué pocos elementos consigue meternos el miedo en el cuerpo! La escena es crucial para entender el personaje de Travis, y aunque bien se puede recuperar en Internet, verla en su contexto dentro de la narración de la película es una experiencia completamente diferente.

 

  1. Robert de Niro

Travis Bickle no sería el mismo sin Robert De Niro, y eso que Paul Schrader escribió el papel pensando en Jeff Bridges. De Niro acababa de ganar el Oscar a mejor actor secundario por El padrino II y, pese a que empezaba a ser conocido, pudo prepararse el papel conduciendo un taxi por las calles de Nueva York sin que apenas nadie le reconociera. Quizá sea esta manera de meterse en la piel y el alma de Travis la clave del magnífico resultado: un personaje magnético y enigmático, que, por un lado, nos muestra de manera transparente el desencanto y la pérdida de rumbo del americano medio, pero, por otro, nos esconde todo lo que pasa por su mente, es difícil adivinar cuál será su próximo paso.

 

  1. Nueva York

Quizás sea una de las ciudades más retratadas de la historia del cine, y, sin embargo, pocos han capturado tan bien el momento de la ciudad como Scorsese en Taxi Driver. Esos planos desde el taxi nos descubren una ciudad siempre despierta, viva y luminosa, pero a la vez sonámbula y meditabunda, un sentimiento que potencian los haces difusos de luz de los coches y los rótulos de neón. El Nueva York protagonista de esta cinta está salpicado por drogas, prostitución, violencia… pero sobre todo por un sentimiento de abatimiento y desesperanza casi tan grande como el del propio Travis.

  1. La consagración de Scorsese

Si bien con sus dos anteriores películas Alicia ya no vive aquí y Malas calles la carrera del director de origen italiano empezaba a despuntar, Taxi Driver le dio el empujón final hacia el estrellato y el reconocimiento internacional. Una merecidísima Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1976 le puso en la órbita de los grandes directores, y desde entonces no ha hecho más que regalarnos un buen puñado de obras maestras como Toro salvaje, Casino, Uno de los nuestros o Infiltrados, por la que por fin ganó el Oscar que tanto se le resistía. Una carrera plagada de personajes icónicos de fuerte personalidad marcados por la violencia.

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