4 motivos para (volver a) ver J.F.K, de Oliver Stone

En plena ola nostálgica, donde se reivindican o reformulan producciones de los 80 y los 90, justo sería dedicarle su tiempo a un film como J.F.K: Caso abierto, uno de los hitos del género de su década que demostraba el inmenso de un director, en la actualidad muy venido a menos. Un clásico del cine de intriga (con esa diáfana descripción del Estados Unidos de los 60) que podemos volver a ver en pantalla gracias a SundanceTV España.

  1. Oliver Stone en plena forma

Creador de obras como Platoon (1986), Wall Street (1987), Nacido el 4 de julio (1989) y Asesinos natos (1994), cierto es que el personaje, muy crítico con las políticas de su país, engulló al realizador con la entrada del nuevo milenio, pero más allá de la resonancia de su apellido, Stone fue uno de los directores sobre el que se vertebró el cine de los 90. J.F.K. llegó en el cénit de su carrera, cuando todos sus trabajos competían por la estatuilla dorada y visitaban los principales festivales del mundo. El largometraje que nos ocupa obtuvo nueve nominaciones al Óscar –entre ellas, mejor película, mejor dirección, mejor interpretación masculina secundaria y mejor guion—, de los que obtuvo dos –mejor dirección de fotografía y mejor montaje—.

  1. Por razones históricas

Estamos hablando de uno de los golpes a la democracia de mayor impacto del siglo XX. John Fitzgerald Kennedy, trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, el más joven de su Historia, representaba la ilusión de un país que anhelaba reformularse tras su intervención forzada en la II Guerra Mundial y que tuvo que lidiar con temas como las primeras intervenciones norteamericanas en Vietnam y la problemática de los misiles en Bahía de Cochinos. Su asesinato provocó una crisis de estado y provocó la paranoia en la opinión pública. El leitmotiv de su asesino, a día de hoy, sigue sin estar claro.

  1. Un montaje trepidante

Por el montaje de este film, Joe Hutshing y Pietro Scalia consiguieron el Oscar. Para Hutshing, supuso el segundo de carrera, ya que lo logró con Nacido el 4 de julio, también de Stone. Para Scala, sin embargo, era el primero; con el que comenzaría una carrera impresionante como montador de películas de los grandes estudios. En 2002 recibiría su segundo Óscar por su labor en Black Hawk derribado. Pero no solo cabe destacar el montaje: toda la parte técnica de la película está cuidada hasta el más mínimo detalle. No hay que olvidar su maravillosa dirección de fotografía, liderada por Robert Richardson, también ganador del Óscar por este trabajo. Richardson consiguió dos más años después: El aviador (2005) y La invención de Hugo (2012).

  1. Reparto

Al igual que Stone, Kevin Costner se encontraba en el punto más alto de su carrera, con dos Óscar bajo el brazo conseguidos el año anterior como productor y actor de Bailando con lobos (1991). Por su interpretación del fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison, no aspiró a repetir estatuilla pero sí que consiguió una candidatura a los Globos de Oro y, también, el beneplácito de la crítica. Junto a Costner, aparecen en pantalla una pléyade de secundarios de primerísimo nivel: Tommy Lee Jones, Gary Oldman, Joe Pesci, Kevin Bacon, Donald Sutherland, Jack Lemmon, Sissy Spacek, John Candy, Walter Matthau, Vincent D’Onofrio y Lolita Davidovich. Casi nada.

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