Este sábado tendrá lugar lo que año tras año se viene denominando como “la fiesta del cine español”. Los Premios Goya, como todos los premios habidos y por haber, son simplemente eso, una excusa de la industria para promocionar y celebrar lo “mejor” de la cinematografía de cada año. Pero, una vez puestos en perspectiva, también es cierto que cada año generan unas expectativas que, por un lado, entretienen, y por otro, pueden crear frustración a aquellos que esperan que los premios sean justos y ecuánimes. Dejando de un lado la calidad de la gala (que en esta ocasión presentan Andreu Buenafuente y Silvia Abril), aquí os dejamos algunos deseos que, por sorprendentes y un tanto indie, nos alegraría mucho que ocurriesen el próximo sábado.
Mejor película y dirección para Entre dos Aguas
Es una de esas situaciones extrañas que de vez en cuando se dan en los Goya. De las 5 nominadas a mejor película, hay una que solo lo está en esa categoría y en mejor dirección. ¿Es posible que Entre dos aguas sea lo mejor del año solo compitiendo por dos grandes premios? Sí, lo es, y sería justo que se lo llevase. Dejando a un lado la flagrante omisión en otros apartados (como la fantástica fotografía de Daniel Dussuel o la música de Raül Refree y Kiko Veneno), Entre dos aguas debería ser una de esas agradables sorpresas porque representa a ese cine hecho desde la honestidad y el respeto, a medio camino entre el documental y la ficción, y que retrata una realidad que en ocasiones no queremos ver: cine social sin subrayados ni estridencias.
Mejor dirección novel para Celia Rico por Viaje al cuarto de una madre
El debut de Celia Rico ha sido una de las grandes alegrías del cine indie de este año. Este relato íntimo sobre una hija que quiere marcharse de casa y no se atreve y una madre que quiere que su hija se quede en casa pero no sabe cómo retenerla está narrado entre pequeños gestos y miradas. Rico teje la relación entre sus dos protagonistas a media voz, siempre dejando que la sobresaliente interpretación de sus dos actrices protagonistas (Anna Castillo y Lola Dueñas) respire y sea el alma de la historia. La joven realizadora sevillana debería llevarse el premio casa por demostrarnos que la sensibilidad que se esconde tras la sencillez es siempre un valor añadido
Susi Sánchez, mejor actriz por La enfermedad del domingo
Tras la pasada edición de la Berlinale, muchos medios nacionales e internacionales colocaron al cuarto largometraje de Ramón Salazar como una de las mejores que se vieron en el festival. Y no les faltaba razón. El cuerpo a cuerpo entre Bárbara Lennie y Susi Sánchez es de esos que calan. La actriz valenciana nos regala, como nos tiene acostumbrados, uno de esos personajes cargados de una profundidad dramática abismal que choca frente al hierático muro de su frialdad. Esa capacidad de apuntar tanto con tanta contención es motivo suficiente para premiar a una de las grandes actrices de nuestro país. Además, es la mejor manera de reconocer a una película olvidada en las nominaciones.
Mejor actriz revelación ex aequo para Rosy Rodríguez y Zaida Romero
Al igual que Israel Gómez (protagonista de Entre dos aguas), Rosy Rodríguez y Zaida Romero han venido al cine para quedarse. Sus interpretaciones van mucho más allá de un papel debutante hecho a medida o de una recreación más o menos fidedigna de su entorno o su vida. Carmen y Lola, una de las revelaciones del cine independiente español de este año, tiene ese brillo y viveza que a tantos ha conquistado gracias, en gran medida, al gran trabajo y talento de sus dos protagonistas. Por eso, es de justicia darles el premio revelación compartido para que nadie olvide el enorme futuro que tienen por delante.
Mejor película europea para Girl
Es, sin duda, la película más arriesgada de la temporada. Lukas Dhont debuta con una historia sobre una joven adolescente en proceso de cambio de sexo y que aspira a convertirse en bailarina. La sensibilidad y delicadeza con la que se acerca al personaje de Lara (Victor Polster, también debutante, en una de esas interpretaciones que te rompen por dentro) y a su lucha con el cuerpo construyen un relato desde el interior como nunca habíamos visto. Girl es una película portentosa a la que cualquier premio, ya de por sí, se le queda pequeño.
El antepenúltimo mohicano | Revista de cine independiente.
Park City, Utah.
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