El 29 de marzo se cumple el 11.º aniversario de la muerte de Maurice Jarre, compositor de origen francés que fue responsable de alguna de las bandas sonoras más inolvidables de la historia. Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, ¿Arde París?, La hija de Ryan o El hombre que pudo reinar deben buena parte de la potencia de sus imágenes a la calidad de su acompañamiento musical. Y aunque su pérdida fue sin duda irreparable, en SundanceTV queremos recordar que en Francia sigue habiendo grandes músicos que, con sus trabajos para el cine, han recogido el testigo de Jarre. Estos son los 5 nombres que hemos escogido:
Bruno Coulais (n. 1954)
A veces llamado “el Danny Elfman francés” a causa de unos scores de acentos inquietantes, en los que abundan los coros de voces agudas y suaves, el documental Microcosmos (1996) de Claude Nuridsany y Marie Pérennou lo puso en el panorama de la música fílmica en Francia, al ganar un premio César por su trabajo. Entre sus bandas sonoras más relevantes, destacan la de las películas Himalaya (1999), Vidocq: El mito (2000), Los chicos del coro (2004) y Los mundos de Coraline (2009), así como la de la miniserie El conde de Montecristo (1998).
Éric Serra (n. 1959)
Músico básicamente conocido en el ámbito cinematográfico por ser el responsable de casi todas las bandas sonoras de Luc Besson, su obra se caracteriza por una producción moderna y vanguardista, en la que abundan las notas electrónicas y la influencia de la música popular. De sus trabajos para Besson, podemos destacar El gran azul (1988), León (1994) y El quinto elemento (1997), mientras que las bandas sonoras de GoldenEye (1995) y Jet Lag (2002) se cuentan entre lo más interesante que ha hecho para otros directores.
Alexandre Desplat (n. 1961)
Con seguridad, el más famoso de los compositores de esta lista, al acumular dos Oscar, tres César, tres BAFTA, dos Globos de Oro y dos Grammy, Desplat cuenta con una extensísima carrera, que abarca tanto producciones independientes como de estudio. Colaborador habitual de dos referentes del cine de autor como Jacques Audiard y Wes Anderson, bandas sonoras como La joven de la perla (2003), Deseo, peligro (2007), Un profeta (2009) o El gran hotel Budapest (2014) demuestran la capacidad del músico para crear partituras que mezclan magistralmente la influencia clásica con la vanguardista.
Philippe Rombi (n. 1968)
Músico fetiche de otro de los referentes del cine de autor, François Ozon, ha desarrollo su carrera en el ámbito de la filmografía francesa, y sus creaciones para películas como Swimming Pool (2003), Feliz Navidad (2005), Bienvenidos al norte (2008) o En la casa (2012) se hallan entre las mejores bandas sonoras de los últimos años llevadas a cabo en el país vecino, donde se advierte la influencia de las orquestaciones de Ravel, Debussy y grandes del score como Williams o Morricone.
Yann Tiersen (n. 1970)
Cerramos este recorrido con un músico que saltó a la fama por el colosal e inesperado éxito de un filme indie como Amelie (2008), hasta el extremo de que su partitura resulta casi tan reconocible como la estética y los ademanes del personaje encarnado por Audrey Tautou. Pero su relación con el cine no acaba aquí: entre otras de sus bandas sonoras podemos citar la de Good bye, Lenin! (2003), Tabarly (2005) o Malá z rybárny (2015), que mezclan la música neoclásica con las raíces francesas.
Park City, Utah.
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