5 directores coreanos que deberías conocer

Que la Palma de Oro de la pasada edición del Festival de Cannes haya ido a parar a Corea es una nueva muestra de la pujanza del cine surcoreano actual. Títulos como Memorias de un asesino (2017) Shin-yeon Won, El imperio de las sombras (2016) de Kim Jee-Woon, Tren a Busan (2016) de Yeon Sang-Ho, Hope (2013) de Lee Joon-Ik o The Yellow Sea (2010) de Na Hong-Jin prueban la variedad de propuestas interesantes, y de autores que las firman, que nos llegan desde este país asiático. Para ayudarte a navegar por la amplia oferta de una de las cinematografías más atractivas del presente, te proponemos 5 directores cuya obra deberías conocer.

Lee Chang-Dong (n. 1954)

Que desarrollara gran parte de su carrera como novelista, dramaturgo y director teatral explica que, pese a ser el más veterano de los realizadores de esta lista, sea el que tiene una filmografía más exigua. Sin embargo, las 6 películas que ha filmado hasta la fecha han sido suficiente para cimentar su prestigio, mediante la solidez de sus guiones y una dirección con acentos simbólicos. Su ópera prima, Chorok mulkogi (1997), ya fue aclamada por la crítica, pero sería su siguiente trabajo, Bakha satang (1999), el que lo consagraría a nivel mundial. Oasiseu (2002), Secret Sunshine (2007), Poesía (2010) y Burning (2018) completan una trayectoria, sencillamente, impecable.

Kim Ki-Duk (n. 1960)

Su apuesta por el vanguardismo narrativo y unos temas a menudo desasosegantes (que contienen agudas reflexiones psicológicas y filosóficas), lo han hecho una de las voces más potentes del panorama fílmico internacional. Su insobornable necesidad de mantenerse fiel a sí mismo ha propiciado que su carrera esté llena de altibajos, y junto a propuestas fallidas como Samaritan Girl (2004), Time (2006) o Aliento (2007), tiene absolutas obras maestras como Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera (2003), Hierro 3 (2004) o Pietá (2012).

Hong Sang-Soo (n. 1960)

Se le conoce como “el Woody Allen coreano”; y no es para menos, dado que sus películas, siempre entre lo cómico y lo dramático, parten de sus propios guiones, de inspiración autobiográfica, y se centran en la búsqueda cotidiana de la felicidad. Su estilo desaliñado y minimalista, en el que predominan los planos estáticos con dos o más personajes hablando, realza unos diálogos cargados de autenticidad. A destacar obras como Noche y día (2008), Book chon bang hyang (2011), Ahora sí, antes no (2015) y Lo tuyo y tú (2016).

Park Chan-Wook (n. 1963)

Su “Trilogía de la venganza” (2002-2005) puso su nombre en el punto de mira de la cinefilia internacional, hasta el punto de que, con Old Boy (2003), se ha marcado un antes y un después en la forma de rodar las escenas de lucha. Su obra se caracteriza por una querencia hacia las historias de visos fantásticos plasmadas con un estilo exuberante y barroco totalmente irresistible. Además de las otras dos entregas de las trilogía citada –Sympathy for Mr. Vengeance (2002) y Sympathy for Lady Vengeance (2005)–, mencionar Thrist (2009) y La doncella (2016).

Bong Joon-Ho (n. 1969)

Si a Hong Sang-Soo lo comparábamos con Allen, justo sería equipar a Bong Joon-Ho con Steven Spielberg. Y es que estamos ante un autor capaz de llevar a cabo obras que conectan con el espectador sin renunciar a la calidad artística; de ahí que sea un verdadero maestro en amalgamar los códigos genéricos (thriller, ciencia ficción, terror…) con el drama, para convertirlos en el marco sobre el cual insertar reflexiones de calado sociológico y existencial. No hay que dejar de ver Memories of Murder (Crónica de un asesino en serie) (2003), The Host (2006), Mother (2009), Snowpiercer (2013) y Parasite (2019).

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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