5 películas con un pícnic como protagonista

Llega el buen tiempo y apetece salir fuera de la ciudad, a comer al campo o a la playa; pues si lo quieres hacer realmente “oficial”, el 18 de junio es el Día Internacional del Pícnic. En SundanceTV te recomendamos 5 películas en las que una comida campestre tiene una gran importancia, por si te apetece recordarlas o recrear alguno de sus aspectos en tu próxima escapada.

Una partida de campo, de Jean Renoir (1936)

Basada en un relato de Guy de Maupassant, esta obra, que se quedó en mediometraje por falta de medios, es una de las más bellas, sutiles y agridulces de la historia del cine. Centrada en la excursión al campo que hace una familia parisina, la sensualidad arrebatada e idílica de sus imágenes evoca los cuadros del padre del autor, el impresionista Pierre-Auguste Renoir. Y aunque, como en ellos, el filme reflexiona sobre la intensidad del instante y la fugacidad de la vida, el director va más allá al dar cabida a las pasiones humanas de mayor calado: amor, alegría, tristeza…

Pícnic, de Joshua Logan (1955)

Especialista en narrar con elegancia historias de amor y deseo que desafiaban la pacata moralidad de su época –como Sayonara (1957) o Fanny (1961)–, Pícnic no es una excepción al respecto. Es más: esta es la película que más escandalizó a sus contemporáneos, al tirar de la carnalidad erótica de sus dos protagonistas, William Holden (Hal) y Kim Novak (Madge), cuya atracción sexual sacude los cimientos de la pequeña y conservadora comunidad sureña en la que Madge vive y a la que Hal acude durante la celebración de un pícnic por el Día del Trabajo.

Aranyer Din Ratri (Days and Nights in the Forest), de Satyajit Ray (1970)

Un grupo de amigos de Calcuta hacen una excursión a una aldea para visitar el bosque de Palmau, donde conocen a algunas mujeres de la localidad. En sus conversaciones y compartimentos aflorarán una serie de verdades, ocultas por los convencionalismos sociales, que evidenciarán la brecha entre el mundo urbano y el rural, los hombres y las mujeres, los ricos y los pobres, la lujuria y el amor, etc. Adaptación libre de una novela de Sunil Gangopadhyay, es una de las mejores películas de Ray, que desde una aparente intrascendencia reflexiona sobre los grandes temas de la vida.

Pícnic en Hanging Rock, de Peter Weir (1975)

Adaptación de la novela homónima de Joan Lindsay, quien declaró haberse inspirado en un suceso real, sin embargo no hay evidencias históricas de ello; lo que ya da una pista del tono ambiguo que Lindsay le dio a su prosa, y que Weir supo plasmar brillantemente mediante unas imágenes sensuales y etéreas, en las que la desaparición de tres alumnas de un internado –y una de sus profesoras– al adentrarse en Hanging Rock, una formación rocosa muy popular de Australia, parece fruto de fuerzas mágico-telúricas. Si a esto le añadimos su anticonvencional desenlace, estamos ante uno de los filmes fantásticos más bellos, inquietantes y sutiles jamás rodados.

Moonrise Kingdom, de Wes Anderson (2012)

No podía faltar en esta lista un autor que, muy urbanita, siempre posee esa ansía de escapar de la ciudad y entrar en contacto con la naturaleza, con otras culturas o con otras épocas u otros mundos. El sentido de huida a la naturaleza sin perder nunca “los buenos modales”, tan propio de un pícnic, se encarna a la perfección en la historia de amor de estos jóvenes prófugos de sus grises realidades; y no es casualidad que, como boyscout, Sam (Jared Gilman) sea un experto en comidas campestres, mientras que Suzy (Kara Hayward) tenga todo el avituallamiento necesario para hacer un pícnic “como es debido”.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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