5 películas de terror made in Spain

Si después de Halloween tienes más ganas de sustos, no te puedes perder el especial de películas de terror inéditas en España que Sundance ha preparado para este mes de noviembre. Pero, si incluso con eso, no tienes suficiente, te proponemos que te adentres en algunos títulos made in Spain que te harán temblar. Ahí va una selección de las mejores películas de terror hechas aquí.

¿Quién puede matar a un niño?, de Chicho Ibáñez Serrador (1976)

A la pregunta del título, añadiríamos otra: ¿hay algo más terrorífico que un niño? Chico Ibáñez Serrador (que también firmó otra película que bien podría estar en esta lista: La cabina) nos transporta a una isla mediterránea habitada solo por niños. Allí llegan dos inocentes turistas que se verán sorprendido por una revolución silenciosa. Basada en un libro de Juan José Plans, el director nos habla de la crueldad que parece escondida tras la candidez de la infancia creando una atmósfera perversa que contrasta con la idílica luz veraniega propia de la costa levantina.

Mil gritos tiene la noche, de Juan Piquer Simón (1982)

Siempre nos sorprende descubrir a directores españoles que lograron dar el salto y dirigir en Estados Unidos. Es el caso de Juan Piquer Simón, un director valenciano que posee una de las carreras más extrañas y originales de la cinematografía española: a finales de los 70 realizaba películas de aventuras, con superhéroes y efectos especiales, que eran toda una novedad en la industria. A principios de los 80 cruzó el charco para dirigir Mil gritos tiene la noche, un slasher que tiene todos los elementos del género ochentero: sangre a borbotones, estudiantes universitarias asesinadas sin piedad, un asesino sin escrúpulos y una policía tras su pista. Una película que hará las delicias de los amantes del gore.

Los sin nombre, de Jaume Balagueró (1999)

El director catalán debutó en el cine con una obra que pone los pelos de punta: Los sin nombre adapta una novela de Ramsey Campbell sobre niños desaparecidos, sectas y ritos satánicos. Este descenso a los infiernos de las fuerzas del mal protagonizado por Emma Vilarasau y Karra Elejalde fue una de las grandes apuestas del género español y lanzó la carrera de Balagueró, quien se ha consolidado como uno de los mayores exponentes del cine te terror en nuestras fronteras.

El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro (2001)

Antes de alcanzar la gloria con El laberinto del fauno, Guillermo del Toro ya aunó relatos fantásticos y Guerra Civil con El espinazo del diablo. Ambientada en un orfanato en la postguerra española, la cinta se centra en los sucesos paranormales que experimenta el joven Carlos en una historia en la que los fantasmas son mucho más que espectros y remiten a los perdedores y olvidados de la guerra. Como buen maestro del cine fantástico, Del Toro se caracteriza por crear atmósferas de una belleza melancólica que atrapa, y esta película es un ejemplo perfecto de su buen hacer.

REC, de Jaume Balagueró y Paco Plaza (2007)

Quizás sea la obra cumbre del género patrio. ¿Se podía hacer una película de zombis en pleno centro de Madrid? Por supuesto, solo bastaba echarle imaginación y mucho oficio, como el que tienen Balagueró y Plaza. Esta historia de extrañas enfermedades y contagios no sería lo mismo sin ese ritmo trepidante y realista que le aporta el personaje de Ángela, una reportera interpretada por Manuela Velasco con una única obsesión: nunca dejes de grabar.

 

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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