5 películas donde las bicicletas juegan un papel capital

Ya sabes que el medio de transporte más ecológico y sano que hay es la bicicleta; lo que tal vez desconocieras es el que el 19 de abril se celebra su Día Mundial. Desde SundanceTV apoyamos decididamente esta forma de desplazarse tan saludable para ti y para el planeta y, por ello, te dejamos con una selección de 5 películas en las que las bicicletas juegan un papel central. ¿No tienes curiosidad? Pues sigue leyendo.

Ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica (1948)

A buen seguro, la película más famosa de todas las que cuentan con la presencia de bicicletas como elemento motor del relato, y una de las cumbres, no solo del neorrealismo italiano, sino de la historia del séptimo arte, narra el desesperado periplo de un padre y su hijo en la Roma dela posguerra en busca de la bicicleta que le acaban de robar al primero, y que era clave para lograr un modesto sustento de su familia. Emotiva fábula acerca de la dignidad humana, su visionado siempre sobrecoge.

Selyaninat s koleloto (A Peasant on a Bicycle), de Lyudmil Kirkov (1974)

Nunca oficialmente estrenado en nuestro país, este drama se cuenta entre lo más destacado de su realizador, uno de los más importantes de la cinematografía búlgara. Centrado en la historia de Yordan (Georgi Georgiev-Getz), un hombre que vive en una pequeña ciudad pero que visita regularmente su pueblo natal, en un trayecto en bicicleta que no solo lo retrotraerá al pasado, sino que le hará descubrir el verdadero amor, el filme es una melancólica reflexión sobre el paso del tiempo y las ilusiones perdidas.

Las bicicletas son para el verano, de Jaime Chávarri (1984)

Adaptación de la obra de teatro homónima de Fernando Fernán Gómez, retrata la cotidianeidad de la vida de una familia madrileña desde el estallido de la Guerra Civil hasta la victoria del bando nacional. La simbología de la bicicleta, que pasa de ser el instrumento con el que el benjamín, Luisito (Gabino Diego), se divierte y flirtea en verano al medio con el que ayudar al sustento familiar, refleja el fin de la inocencia y el tránsito del país de la normalidad democrática a la represión dictatorial.

Bienvenidos a Belleville, de Sylvain Chomet (2003)

Una joya no suficientemente reivindicada del cine de animación, entre sus grandes bazas cuenta con un estilo visual vintage de gran personalidad; un humor negro de toques surrealistas, y la preeminencia del uso de la música y la expresividad de los dibujos en frente del de la palabra, pues apenas sí hay diálogos. El argumento gira en torno a la búsqueda de Madame Souza de su nieto, quien, obsesionado desde niño con las bicicletas, ha sido secuestrado mientras participaba en el Tour. Todo un canto, tan entrañable como original, a la tradición y a la idiosincrasia galas.

La bicicleta verde, de Haifaa al-Mansour (2012)

Reivindicación feminista en el seno de un país como Arabia Saudí, conocido por las desigualdades de género a nivel cultural e institucional, lo es tanto por su trama, la historia de Wadjda (Waad Mohammed), una niña que sueña con comprarse una bicicleta verde a pesar de que montar en bici no se considere una actividad apropiada para las mujeres, como por el hecho de que se trata del primer largometraje de la historia de su nación en tener tras las cámaras a una directora. Ligera y a la vez profunda, denuncia con valentía y amenidad una situación cada vez más insostenible.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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