5 películas sobre el peligro nuclear

El 06 de agosto tiene lugar una triste efeméride: la del lanzamiento de la bomba nuclear sobre la ciudad de Hiroshima, a la que se sumaría, tres días después, otra en Nagasaki. El horror y la devastación de sus resultados inmediatos y la gravedad de sus efectos a largo plazo, sumado a las nefastas consecuencias que para la vida, y no solo humana, han tenido importantes accidentes de centrales nucleares (Windscale, Goiania, Fukushima…), han hecho que buena parte del cine posterior a la Segunda Guerra Mundial haya reflexionado sobre el peligro atómico. Os dejamos con algunas obras eclécticas sobre el tema.

Hiroshima, mon amour, de Alain Resnais (1959)

Aunque este clásico de la Nouvelle Vague sea básicamente una historia de amor adúltero, su larga secuencia de abertura contiene imágenes documentales sobre los terribles efectos de la bomba lanzada sobre Hiroshima. De hecho, no es casualidad que el guion de la escritora Marguerite Duras se ambiente precisamente en esta ciudad, puesto que su intención última es hacer una defensa de la memoria como piedra angular sobre la que asentar tanto nuestra psique como nuestra civilización, y evitar así repetir los errores del pasado. Una de las grandes películas del séptimo arte, más necesaria que nunca.

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, de Stanley Kubrick (1964)

Frente a la visión intimista que Resnais aportaba de la amenaza nuclear como forjadora del espíritu moderno, Kubrick aborda el asunto de forma directa e inmisericorde, mediante una lúcida sátira política, en la que un general americano, en un momento de locura, ordena un ataque unilateral contra la Unión Soviética. A partir de aquí, se suceden los esfuerzos de todo el bloque occidental para abortar dicha orden, así como para convencer a los políticos y militares del otro bloque de que todo ha sido un error y de que no tomen las represalias que conducirían a la destrucción del planeta.

El síndrome de China, de James Bridges (1979)

Convertido en un clásico del cine de denuncia, tanto por su hábil suspense en crescendo como por su involuntario oportunismo, ya que un par de semanas después de su estreno sucedería el incidente de Three Mile Island, la película gira en torno a dos periodistas, Kimberly (Jane Fonda) y Richard (Michael Douglas), que, durante un rutinario reportaje sobre el funcionamiento de una central atómica, asisten a lo que parece un peligroso accidente, enseguida encubierto por sus responsables; solamente un supervisor, Jack (Jack Lemmon), parecerá interesado en ayudarles a esclarecer los hechos.

Cuando el viento sopla, de Jimmy T. Murakami (1986)

Algunas de las mejores películas sobre holocaustos nucleares se rodaron en los 80, posiblemente a causa de la política internacional de Reagan y del paulatino colapso de la Unión Soviética, de consecuencias impredecibles. El día después (1983), Testamento final (1983) o Threads (1984) se cuentan entre ellas; pero seguramente la más peculiar es la que nos ocupa, pues se trata de un filme de animación en el que una pareja de ancianos, Jim y Hilda, sobreviven a un bombardeo nuclear en un refugio casero. Demasiado mayores para asimilar el desastre, seguirán con su rutina mientras sucumben a los efectos de la radiación.

The Russian Woodpecker, de Chad Gracia (2015)

Documental no estrenado en España, trata sobre el artista ucraniano Fedor Alexandrovich, cuya vida se ha visto marcada irremediablemente por culpa del desastre de Chernóbil (tiene huesos radioactivos). Pero es que, encima, al investigar sobre lo acontecido en la central, descubre un oscuro secreto que le llevará a plantearse la necesidad de revelarlo o de mantenerlo en secreto, dada la convulsa realidad política de su país. Ganadora del premio al Mejor Documental en el Festival de Sundance, conjuga la crítica política con el humor.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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