5 rodajes sacados de una pesadilla

Algunas de las cintas más destacadas de las últimas décadas se han caracterizado no solo por su alta calidad y repercusión, también por las oscuras historias que envolvieron el rodaje. El último ejemplo de ello es El Faro, de Robert Eggers, película con la que sus protagonistas Robert Pattinson y Willem Dafoe tuvieron que descender al infierno, físico y emocional, para narrar el thriller psicológico y de terror que llega a las carteleras el próximo 10 de enero. IndieWire recopila esta y otras 19 producciones que fueron un suplicio para las personas de su equipo.

El faro (2019)

La grabación en Nueva Escocia de El Faro, de Robert Egeers, fue tan intensa y exigente a nivel físico que los co-protagonistas apenas se dirigieron la palabra fuera de la cámara. La tensión dentro del rodaje fue tal que Robert Pattinson estuvo a punto de propinarle un puñetazo en la cara a Eggers, después de que el director repitiese cuatro veces una escena con el actor solo para exasperarlo.

A pesar de que Pattinson no se considere un actor de método, como afirma para Esquire, su preparación para El Faro le llevó a beber barro para conseguir el punto de locura necesario para el papel, y a emborracharse en múltiples ocasiones para igualar el estado de su personaje. El sacrificio le valió una nominación a Mejor Actor en los pasados Independent Spirit Awards y llevó a la cinta a alzarse con el FIPRESCI de Cannes.

Apocalypse Now (1979)

El rodaje de la interpretación de Francis Ford Coppola de la Guerra de Vietnam, Apocalypse Now, fue tan terrorífico que consiguió su propio documental: Corazones en tinieblas (1991).  Coppola escogió como escenario de la cinta las Islas Filipinas, donde le recibió un clima húmedo que destrozó varios sets de rodaje y provocó un incremento desmesurado en el presupuesto.

El director chocaba día tras día con Marlon Brando, su protagonista, a quien le costaba memorizar el guion. El aumento de peso de Marlon Brando se convirtió en uno de los grandes temas de Hollywood después de que Coppola quisiera despedirle por estar demasiado gordo para un papel protagonista. No fue el único incidente con intérpretes en esta película, y es que Martin Sheen estuvo a punto de dejar el rodaje (y parar por completo su producción) tras sufrir un ataque al corazón casi fatal.

La isla del Dr. Moreau (1996)

La tensión fue palpable desde el primer día del rodaje de La isla del Dr. Moreau, adaptación de la novela homónima de H.G. Wells. Val Kilmer no paró de criticar la cinta y el guion de Richard Stanley, sustituyendo sus líneas con improvisaciones de manera constante. Por lo que se sabe, la mayoría del metraje grabado con Kilmer quedó completamente inútil para el montaje que llegaría a las salas.

El actor de reparto Rob Morrow imploró su despido de la cinta debido a la dureza de la producción. Quien no lo pidió pero sí lo consiguió fue el director original, Stanley, que fue despedido y sustituido por John Frankenheimer. El segundo cineasta no consiguió evitar los problemas de la producción.

Al igual que ocurriera con Apocalypse Now, Marlon Brando se comportó de manera impresentable en el rodaje, faltando incluso a las citas de grabación de sus escenas. Brando y Kilmer acabaron odiándose el uno al otro y la cinta fue uno de los fracasos de taquilla de 1996.

Silencio (2016)

El Silencio de Martin Scorsese se grabó en Taiwan, donde el tiempo demostró ser tan impredecible que la producción a menudo tenía que esperar o cambiar el momento de la escena para que no hubiese inconsistencias en la iluminación de cada toma.

El cambio físico de Adam Driver fue uno de los aspectos más comentados de la película, perdiendo 23 kilos para llevar a cabo su papel. Al final de la producción la hambruna de Driver era tal que le producía alucinaciones.

Monos (2019)

Alejandro Landes decidió filmar Monos, su drama bélico, en el Páramo de Chingaza y la jungla del Cañón Río Samaná. Ninguna de esas localizaciones había sido utilizada con anterioridad debido a las duras condiciones de las mismas. Un reportaje del rodaje publicado por The Guardian dijo que no tenían electricidad, agua corriente ni comida disponible, y que los torrentes de agua destrozaban todo cada noche.

La gente caía como moscas, incluyéndome a mí”, explica Landes, “todos tenían sus momentos, todos lloraron durante el rodaje. Trabajábamos semanas de seis días con momentos muy intensos”. El director se levantó un día sin poder moverse en absoluto, tuvieron que ponerlo sobre una camilla y llevarlo por el cañón para que recibiese ayuda médica.

Zack Sharf para Indiewire.

Descubre la lista completa de IndieWire sobre rodajes infernales en su artículo original.

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