50 años de La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero

1 de octubre de 1968. Sábado. 20.00 horas. Fulton Theatre de Pittsburgh (Pennsylvania, USA).

Eran las coordenadas de un evento al que solo se podía asistir por invitación. El estreno de una película que estaba predestinada a cambiar la historia del cine de terror. George A. Romero, un joven neoyorquino de ascendencia española y lituana, recaudó un puñado de dólares entre sus amigos y se lanzó a hace realidad una película que había ideado en su etapa universitaria. El resultado es La noche de los muertos vivientes. Para celebrar el aniversario de esta obra maestra inesperada, aquí tenéis algunas curiosidades que os ayudarán a disfrutarla y amarla todavía más.

Ni rastro de un “zombie”

Todo el mundo coincide en que, aunque no fue la primera película que trataba a los no-muertos, esta es, sin duda, la película fundacional del género que, hoy en día, se describe con la palabra “zombie”. Pues bien, ni una sola vez en La noche de los muertos vivientes se llega a pronunciar esta palabra. Durante toda la película se refieren a ellos como “esas cosas”.

Efectos (muy) especiales

Rodada en blanco y negro y con un presupuesto de apenas 114.000 $, no estaban para tirar la casa por la ventana con trucos caros. Así que fueron a lo sencillo: todas las tripas que se ven en la película se las suministró un carnicero por 300 $ y la carne

que comen los zombies es, en realidad, jamón asado. ¿La sangre? Sirope de chocolate (un truco que ya usó Hitchcock años antes en Psicosis). ¿La ropa? Toda de segunda mano. Como veis, una producción low cost para un resultado de gran impacto.

Una muerte con premio

Tras diez años de estrenos y reestreno, la película recaudó 12 millones de dólares solo en Estados Unidos. Aunque, lo cierto, es que algunas distribuidoras recurrían a reclamos un tanto extraños para promocionarla. La Walter Reade Organization contrató una póliza de 50.000 $ para cualquier persona que muriera de un ataque al corazón durante la proyección de la película. Por lo que sabemos, ningún (poco) afortunado llegó a cobrarla.

Rompiendo moldes

Entre muchas otras cosas, La noche de los muertos vivientes es la primera película de terror con un afroamericano como protagonista. Duane Jones se hizo con el papel de Ben (de quien en el guion no se específica el color de la piel) porque, como indicó Romero, era el candidato idóneo. En una época de segregación y conflictos raciales, Duane pensaba que su papel no ayudaría a mejorar la imagen de su comunidad. Sin embargo, ante la insistencia de Romero, aceptó. Pese al rotundo éxito de la película, la carrera de Jones nunca despegó: protagonizó un puñado de películas de terror más y volvió a su puesto de profesor en una universidad neoyorquina.

 

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