Algunas de las mejores películas sobre espías

La mítica Mata Hari, espía de los alemanes durante la Primera Guerra Mundial, es ejecutada un 15 de octubre de 1917 por un pelotón de fusilamiento. Esta efeméride nos parece idónea para recopilar en nuestro blog algunas de las mejores películas sobre espionaje, uno de los temas más atractivos y recurrentes dentro del género de la intriga psicológica. Evitaremos los spoilers.

Encadenados, de Alfred Hitchcock (1946)

Es un tópico decir que Hitchcock es el maestro del suspense; y sin duda, la parte final del filme cuenta con una de las secuencias más angustiosas de la historia. Sin embargo, el realizador inglés también era un auténtico especialista en la creación de turbias historias de amor entre personajes con un marcado lado oscuro. Y nunca como aquí, pues la relación que se establece entre Alicia (Ingrid Bergman), una joven de la alta sociedad promiscua y bebedora, y Devlin (Cary Grant), el agente que la utiliza para obtener información de los amigos nazis de su padre, es de lo más retorcida y malsana.

Operación Cicerón, de Joseph L. Mankiewicz (1952)

Inspirada en el caso real de un espía albanés durante la Segunda Guerra Mundial, la película nos traslada a la Turquía neutral de 1944 y a la oscura figura de Ulysses Diello (un James Mason sencillamente soberbio), ayuda de cámara del embajador británico, que decide vender sus secretos al Eje y vivir luego de rentas en algún paraíso sudamericano. Como siempre en los guiones de Mankiewicz, nos hallamos ante unos diálogos cargados de ingenio y una trama que va desplegándose lentamente hasta su inesperado giro final. Irónico y lúcido, el filme nos recuerda la fragilidad de las relaciones humanas y la absurdidad de los anhelos materiales.

El jardinero fiel, de Fernando Meirelles (2005)

Adaptación la novela homónima de uno de los maestros del género, John le Carré, se ambienta en un mundo en el que la Guerra Fría ya es historia, pero donde, sin embargo, persiste otra guerra silenciosa e invisible, que mata sin tropas de combate: la de las grandes corporaciones contra los derechos humanos. O, al menos, esta es la conclusión a la que llegará el desesperado Justin (Ralph Fiennes), empleado del Foreign Office en Kenia, cuando empiece a investigar el misterioso accidente de coche que segó la vida de su esposa, Tessa (Rachel Weisz).

La vida de los otros, de Florian Henckel von Donnersmarck (2006)

Famosísima es esta línea de Un tranvía llamado deseo de Tenesse Williams: “Siempre he confiado en la bondad de los desconocidos”, pronunciada en boca de la protagonista mientras un psiquiatra se la lleva al manicomio. Con el mismo regusto amargo que dicha frase tiene en su contexto, La vida de los otros demuestra que, a veces, un desconocido puede ser, realmente, quien nos salve la vida. Y ello es doblemente asombroso si dicho desconocido es un agente de la Stasi cuya misión es espiarnos. Un filme conmovedor y hermoso, que habla de lo mejor de la humanidad en el peor de los infiernos.

El topo, de Tomas Alfredson (2011)

De nuevo inspirándose en una novela de Le Carré –quien, por cierto, hace un cameo–, esta es una película que roza la perfección. Y no tanto por contar con una trama vertiginosa, sorpresiva y plagada de crueldades y mentiras, sino porque sabe captar perfectamente ese estado perpetuo de callada desesperación de los agentes secretos, auténticos soldados de una guerra silenciosa, que alguna vez pierden su vida, pero que, casi siempre, lo que hipotecan es su capacidad de amar, de ser felices o de sentir empatía. En cierta manera, Alfredson crea algo tan imposible como un thriller metafísico.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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