Anhelando Cannes: las grandes películas de la Quinzaine

La incertidumbre domina, como en la mayoría de sectores socio-económicos, el panorama cinematográfico de este 2020 que promete ser etéreo, difuso. Como bien saben, el Festival de Cannes no se va a celebrar este año, al menos no en las fechas marcadas, ni en las fechas alternativas estivales presentadas cuando la crisis sanitaria explotó. Ahora mismo, Cannes parece una quimera que de hacerse realidad provocará un terremoto en otoño. La industria necesita al festival galo para su correcto funcionamiento. Es por ello que, mientras exista la posibilidad, Cannes solo se pospone. El resto de certámenes europeos –Venecia y San Sebastián, principalmente— observan atentos a las novedades, siempre teniendo en cuenta que nada será como antes, al menos en este terrible 2020.

Lo que sí está claro, por el momento, es que las secciones paralelas de Cannes no tendrán edición en este curso. Una verdadera lástima, porque son el motor para el cine de autor global; refugio de numerosas joyas que proponen una lujosa contraprogramación a la sección oficial del gigante cannoise. En ese sentido, la Quincena de Realizadores se eleva como paradigma de la alternativa a los placeres exhibidos en las salas Lumière y Debussy. Siempre con la esencia de los outsiders; emplazados en un Marriot Hotel que, pese al elitismo inherente, desvela un ambiente reformista. En la Quincena, o Quinzaine, han surgido grandes títulos. A continuación, elegimos cinco trabajos relevantes que pasaron por este maravilloso apartado.

Malas calles (1973)

Tercera película de ficción de Martin Scorsese protagonizada Robert De Niro, Harvey Keitel y los hermanos Carradine. Como no podría ser de otra forma, el filme nos sitúa en el Nueva York de los 70 para contarnos la historia de Charlie, un joven italoamericano que aspira a escalar las cotas más altas de la mafia italiana pero, a la vez, tendrá que aplacar a su impetuoso mejor amigo Johnny. Una demostración de talento del director de Queens que cambió el canon del género.

Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1976)

Maestra de la elipsis y de la cinética en la puesta en escena, Chantal Akerman es una de las grandes directoras de la historia del cine. Su estilo, alejado de cualquier coordenada convencional y comercial, supuso una revolución y Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles es su obra maestra. La realizadora belga se centra en la cotidianidad de una mujer viuda que por las mañanas se dedica a su tarea en el hogar y por las tardes ejerce la prostitución para mantener a su hijo.

Las vírgenes suicidas (1999)

Opera prima de Sofia Coppola. Traslada a la imagen la celebrada prosa de Jeffrey Eugenides, que narra la crisis existencial de las hermanas Lisbon, objeto de deseo de todos los jóvenes en un barrio idílico pero cuya vida comienza a cambiar con el suicidio de la hermana menor, Cecilia. Kirsten Dunst, James Woods, Kathleen Turner, Josh Hartnett y Scott Glenn son los protagonistas de este filme que hace un par de semanas celebró el vigésimo aniversario de su estreno en las salas estadounidenses. Para muchos, es la mejor cinta de la obra de una autora, por otra parte, siempre atractiva.

Yo maté a mi madre (2009)

Debut del cineasta canadiense Xavier Dolan, uno de los grandes nombres del circuito autoral de la última década. Dolan rodó con 19 años este largo en el que emergen todas las obsesiones que han cimentado sus obras posteriores: la relaciones materno-filiales. Su arribo al panorama cinematográfico, como sucede con la mayoría de los integrantes de esta lista, supuso un enorme impacto para una generación de cinéfilos. En el caso de este erigido heredero de Pedro Almodóvar, basado en un estilo donde el videoclip resulta fundamental.

The Rider (2017)

Estamos seguro que lo mejor de Chloé Zhao está por llegar –este año a priori presentaba dos ficciones: Nomadland y una incursión en el universo Marvel con The Eternals— pero también hay que decir que su carrera no ha podido tener mejor comienzo: Songs my brother taught me (2015) y esta The Rider, película que ganó el máximo galardón de la Quinzaine y fue protagonista en la temporada de premios hace tres años. Es la historia de un jinete de rodeo, Brady Jandreau, que jamás podrá volver a montar tras sufrir un grave accidente. El filme ofrece una mirada íntima a la juventud en la América profunda llena de honestidad y sensibilidad.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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