Cannes 2018: 4 películas con alma indie

Parece que ha pasado un siglo desde la última edición del Festival de Cannes, pero lo cierto es que apenas nos separan 30 días desde que bajó el telón. Estas semanas nos han servido para digerir mejor el atracón de películas que supone la cita francesa, ordenar un poco nuestros pensamientos y traeros 4 películas con alma indie que se presentaron en la Costa Azul y que muy pronto llegarán a nuestras pantallas.

La mujer de la montaña, de Benedikt Erlingsson

No es la primera vez que nos rendimos a la ficción islandesa. Sus paisajes, sus personajes, el toque nórdico… nos encanta todo lo que nos llega desde esta pequeña isla volcánica, y La mujer de la montaña no podría ser menos. Esta comedia sobre una mujer de mediana edad que emprende su propia cruzada ecologista contra los intereses de las grandes multinacionales en su país es un pequeño homenaje a la resistencia y al boicot de la gente normal frente al poder de los de siempre. Entre la reivindicación, la tradición islandesa y el humor nórdico siempre rozando lo absurdo, Erlingsson construye la historia de esta Robin Hood del siglo XXI que hará todo lo que esté en su mano por proteger lo más preciado: la increíble belleza natural de su país de origen.

El ángel, de Luis Ortega

La historia de Carlos Eduardo Robledo Puch es de esas que te deja helado: con tan solo 20 años ya había cometido más de 10 asesinatos e innumerables robos. El argentino Luis Ortega lleva a la gran pantalla la vida del asesino más famoso de su país a través de una comedia pop pegadiza, con gran protagonismo de la música y con un joven actor debutante que esconde tras su cara angelical un asesino sin escrúpulos. Quizás por ese aire desenfadado, a medio camino entre Guy Ritchie y Martin Scorsese, El ángel tiene un magnetismo que engancha desde el primer momento con un ritmo que no te deja bajarte de la historia y una imagen vistosa y colorista que te atrapa en cada plano.

Leto, de Kirill Serebrennikov

Hacer rock en la Rusia de principios de los años 80 debía de ser muy complicado. Pero también nos evoca un aire bohemio y nostálgico, de jóvenes ingenuos y enamoradizos que vivían por y para la música. En Leto, Kirill Serebrennikov nos presenta esta especie de movida rockera de Leningrado en la que un grupo de incipientes estrellas se dejaba influir por los grandes grupos americanos para tratar de sacudir a la juventud de la época. En la historia de estos soñadores caben lo anhelos y esperanzas de muchas generaciones, pero a Serebrennikov no le invade por completo por la melancolía y nos regala una película vitalista, con alma rockera y con toques videocliperos, que se deja llevar constantemente por la música para jugar al escondite con sus propios personajes.

Under the silver lake, de David Robert Mitchell

Quizás fuera esta la película norteamericana más esperada del festival, con permiso de la enésima cinta de la saga Star Wars. Tras el rotundo éxito de It Follows, David Robert Mitchell se deja empapar por la cultura pop para contarnos la historia de esos perdedores pasmados y encantadores. Con innegables ecos a David Lynch, Under the silver lake quizás sea la película definitiva sobre la paranoia y el encanto de una ciudad como Los Ángeles, capaz de empujar a todos los jóvenes (y no tanto) con ansias de fama hacia el ridículo más estrepitoso sin que se den cuenta. Así, entre encuentros con personajes rocambolescos, canciones míticas, cómics e historietas, Andrew Garfield va rizando el rizo situación tras situación en una película que acaba siendo un estímulo constante a la imaginación y al delirio.

 

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