Con el final del Festival de Nueva York, comenzó oficialmente una carrera al Óscar que tendrá como primera etapa los Gotham Awards, unos galardones históricamente poco relevantes pero que en los últimos ha tenido un alto nivel de coincidencia –tres de cuatro ganadoras— con los premios de las Academia. Los Gotham Awards valoran las propuestas independientes más interesantes del curso cinematográfico norteamericano, siendo el termómetro de la industria de bajo presupuesto de cara a los Independent Spirit Awards –el tótem— y, por supuesto, los Oscars.
Esta semana hemos conocido las cintas nominadas para su 28ª edición y con ellas, arriban las primeras pistas: La favorita (dirigida por Yorgos Lanthimos y protagonizada por Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz) y If Beale Street Could Talk (dirigida por Barry Jenkins, el director de Moonlight) se revelan como dos serias opciones en la competición por el Oscar a la mejor película. Algo, por otro lado, que no se sale de guion preestablecido en las primeras estimaciones estivales. Por ello, nuestra mirada se centra en otros trabajos que ya han pasado por las líneas del blog de Sundance España y que tienen mucho que decir los próximos meses.
El reverendo, de Paul Schrader: la vuelta de la mejor versión del guionista de Taxi Driver se ha erigido como una de las sorpresas de la temporada en el circuito norteamericano, ganándose a la crítica y al público más cinéfilo con esta historia sobre la culpa y la fe protagonizada por un brillante Ethan Hawke. Precisamente, en Hawke nacen las opciones Óscar de este film que tiene también opciones en el apartado de mejor guion original.
The Rider, de Chloé Zhao: sí, seguimos insistiendo con la segunda película de Chloé Zhao. Aunque su presentación fue el año pasado, este ha sido el de su estreno en Estados Unidos y tiene alguna opción –mínima, todo hay que decirlo— de colarse en la categoría principal. Ya estuvo nominada al Spirit Award al mejor film en 2017. Es una de las obras más valoradas por la prensa este curso, por lo que no sería descabellado que apareciera en alguna terna en enero.
Madeline’s Madeline, de Josephine Decker: David Ehrlich, crítico de IndieWire, la definió como una de las obras maestras del 2018. Cierto es que, tras su presentación en Sundance y Berlín, su recorrido ha sido exiguo, pero la sensacional interpretación de Helena Howard podría quebrar las apuestas de esta Óscar Race, al igual que el excelente guion sobre el que se cimenta este drama metainterpretativo que nos arranca de nuestra zona de confort.
Sorry to bother you, de Boots Riley: una de las comedias del año en el circuito comercial protagonizada por un divertidísimo Lakeith Stanfield en la piel de un exitoso operador de call-center de ventas. El film, que se presentó en la pasada edición de Sundance, podría optar a entrar en las categorías de mejor actor principal y guion original.
Hereditary, de Ari Aster: finalizamos con otras de las sensaciones del año dentro del cine de terror. Con menos vuelo quizá que Déjame salir, sus posibilidades se reducen, que no es poco, a la posible candidatura de Toni Collette en el apartado de mejor actriz principal. No sería su primera vez, ya fue nominada en 1998 por otra cinta de temática similar: El sexto sentido. ¿Les suena?
El antepenúltimo mohicano.
Park City, Utah.
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