Nos acercamos al final de este especial dedicado al cine italiano del siglo XXI que comenzamos a propósito del estreno en el canal de Made in Italy. Como ya hiciéramos semanas atrás con los actores, elegimos a las mejores actrices italianas de las últimas dos décadas. Al igual que el listado de los varones, esta compilación desvela la mixtura generacional en el panorama interpretativo transalpino.
En esta selección, además, aparecen actrices que han dado el salto a la dirección y cuyo trabajo no solo se ha mantenido intrafronteras, sino que son agentes importantes dentro de cinematografías como la francesa y la belga. Esta última, una cualidad que las separa de sus homólogos, cuya trayectoria es completamente localista. Una arista más dentro del buen momento que vive el audiovisual italiano, que se traduce en la recurrente exportación de series a otros lugares del mundo y, cómo no, en la presencia habitual de sus largos en las competiciones de los grandes festivales.
Alba Rohrwacher
Es la gran actriz italiana del momento. Hija de padre alemán, Alba Rohrwacher es hermana de la principal promesa directoral del país: Alice Rohrwacher. Junto a ella ha rodado dos películas: El país de las maravillas (2014) y Lazzaro Feliz (2018). Con solo 41 años ha trabajado con Marco Bellocchio, Saverio Costanzo –consiguió la Copa Volpi a la mejor interpretación femenina con Hungry Hearts (2014)—, Luca Guadagnino, Silvio Soldini, Laura Bispuri, Matteo Garrone, Arnaud Desplechin, Markus Schleinzer y Bas Devos. Su próxima película se iba a estrenar en la sección oficial de Cannes, Tre Piani, dirigida por Nanni Moretti.
Linda Caridi
Con 32 años es la más joven de la terna. Se dio a conocer con el filme Antonia. (2014), debut de Ferdinando Cito Filomarino que se presentó en la competición del Festival de Karlovy Vary. En él, Caridi da vida a la malograda poetisa Antonia Pozzi. Desde entonces, ha alternado las tablas con productos televisivos. Sus incursiones en la gran pantalla se han saldado con éxito, como es el caso del sleeper ¿Recuerdas? (2018), que ha llegado recientemente a las televisiones españolas dejando huella. Su próximo proyecto es la comedia Supereroi, dirigida por Paolo Genovese.
Jasmine Trinca
Toda una veterana pese a su corta edad, 39 años. Lleva más de media vida en los escenarios. La descubrió el mencionado Nanni Moretti con La habitación del hijo, por la que fue nominada al David di Donatello a mejor actriz de reparto. Desde ahí, ha conseguido otras ocho candidaturas y dos premios: por Fortunata (2017) y La dea fortuna (2020). Ha colaborado con cineastas como Marco Tullio Giordana, Bertrand Bonello –en la sensacional Casa de tolerancia (2011)—, los hermanos Taviani y Valeria Golino. Su próximo largometraje es The Story of my Wife, dirigido por la ganadora del Oso de Oro Ildikó Enyedi.
Valeria Golino
Gran promesa del cine italiano en los 80 convertida en la actriz más internacional de la época gracias a productos de prestigio como Rainman (1988) y a otros más estrambóticos como Hot Shots 2 (1993). Ha trabajado para Margarethe von Trotta, Jerzy Skolimowski, Sean Penn, Mike Figgis, John Carpenter, Costa-Gavras y Céline Sciamma. Ha dirigido además dos películas notables: Miel (2013) y Euforia (2018). Ha conseguido dieciocho nominaciones a los David di Donatello y tres premios.
Valeria Bruni Tedeschi
Trayectoria similar a Golino pero, en el caso de Bruni-Tedeschi, desarrollada en suelo francés. Seis largos como directora y tres decenas de películas como actriz. Trabajos, la gran mayoría, de comedia, como es el caso de Locas de alegría (2016), de Paolo Virzì, uno de sus mayores éxitos. Ha prestado personajes a filmes de Patrice Chéreau, Alain Tanner, Philippe Garrel, Claire Denis, Claude Chabrol, François Ozon, Nobuhiro Suwa, Steven Spielberg, Ridley Scott, Gabrielle Muccino y Bertrand Bonello. Su próxima cinta será Etè 85, del mentado Ozon. Ha sido candidata a los David di Donatello seis veces y ha conseguido cuatro; también ha obtenido cuatro nominaciones en los César, ganando uno a la mejor actriz revelación por Les gens normaux n’ont rien d’exceptionnel (1993).
Park City, Utah.
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