Consejos de Ingmar Bergman para jóvenes cineastas

El 19 de julio se estrena Entendiendo a Ingmar Bergman (2018), un documental sobre la vida y la obra de este mítico cineasta sueco, codirigido por Margarethe von Trotta, y en donde se entrevista tanto a algunos de sus colaboradores y allegados como a artistas a los que influenció, entre los que se cuentan nombres como Carlos Saura, Mia Hansen-Løve, Olivier Assayas o Liv Ullman. En SundanceTV nos parece la ocasión idónea para recopilar algunos de sus consejos para jóvenes cineastas recogidos en las webs Tomatazos y FilmFellas.

  1. Para ser un buen director, hay que ver mucho cine con los ojos del amante del arte.

Bergman fue un cinéfilo irredento. Para él, el cine era una forma como cualquier otra de arte, a pesar de que la mayoría de espectadores suelen ver películas con el propósito de entretenerse.

  1. Se debe prestar siempre atención a quien firma la película.

Si se quiere garantizar que vayamos a obtener algo del visionado de un filme, siempre hay que fijarse en quien lo ha dirigido y no en su elenco actoral. Así, al menos, sabremos que la obra tendrá unos mínimos.

  1. El guion ha de ser el punto de partida.

Además de un magnífico director, Bergman también fue un gran guionista. Para él, el guion era el punto de partida, “el esqueleto” sobre el que poner “la carne de las imágenes”.

  1. La edición, cuanto más invisible, mejor.

De estilo naturalista, Bergman abogaba por hacer el corte cuando se producía el movimiento, lo que reducía a mínimos la percepción de lo editado por parte del público. En ello partía del efecto de “invisibilidad” acuñado por D. W. Griffith, en oposición a la edición brusca, formulada por los directores soviéticos de principios del siglo XX (Eisenstein, Vértov, etc.).

  1. El ritmo es básico.

Determinado por el montaje, es esencial encontrar el ritmo del filme. “Editar es saber cuándo apresurarse y cuándo parar, cuándo bailar y cuándo sentarse, cuándo correr y cuándo respirar. Edición es Ritmo. Como en la vida. Es el ritmo con el que sacas a bailar al espectador. Debes llevarlo del brazo y guiarlo a lo largo de la película.”

  1. Fíate de tu instinto.

Bergman, sobre el corte en bruto del largometraje, empezaba un trabajo de corte y reducción, y luego de edición, siguiendo su intuición y observando atentamente cómo el material iba cobrando progresivamente forma.

  1. Rutina y fuerza de voluntad.

El realizador sueco seguía unas estrictas rutinas diarias, entre las que se incluían escribir y ver una película. Siempre anteponía su arte y su cinefilia a cualquier otra actividad. Asimismo, era un defensor a ultranza de la puntualidad y de mostrar una actitud de gozo ante el acto de crear. Si llegabas tarde o desganado a uno de sus rodajes, ¡ibas listo!

  1. Dirigir significa prestar atención al resto del equipo.

Consciente de la necesidad de armonía entre todos los miembros del crew para lograr un resultado óptimo, Bergman siempre escuchaba con atención las sugerencias de sus colaboradores y fomentaba la confianza y comunicación con los actores. Y ello lo aplicaba tanto en el momento del rodaje como durante la posproducción.

  1. Búscate a un editor de sexo opuesto.

Ulla Ryghe fue la editora habitual de Bergman. El cineasta sueco estaba convencido de que contar con una mujer como editora le había hecho ver cosas que era incapaz de apreciar como hombre. Por eso insistía en estar acompañado del otro sexo en la sala de montaje. Y viceversa: si eres directora, búscate a un hombre editor.

  1. Haz una película solamente si tienes algo que contar.

El último consejo, pero quizás el más importante, es el de la honestidad creativa, es decir: si quieres hacer una película simplemente por hacerla, por el mero placer de dirigir, pues mejor no la hagas. Cualquier obra que valga la pena ha de contener pasión y sinceridad.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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