Grandes directores franceses contemporáneos

El cine francés, tras el facturado en Reino Unido, es el más importante del viejo continente. Lo es por pasado, hay pocos países con una tradición cinematográfica como la de Francia, y también por presente, ya que el cine galo suele ser, junto al estadounidense y el chino, un habitual de las competiciones de los principales festivales del mundo.

Sin embargo, si lo extrapolamos al campo directoral, apreciamos que el cine francés nos ofrece un gran número de directores y directoras pero le falta esa gran estrella en el apartado, más allá de un eterno Godard que nos ofrece coletazos de su genialidad. A continuación, elegimos los directores más importantes del momento que, principalmente, han desarrollado su carrera y alcanzado el cénit de esta en el siglo XXI.

Jacques Audiard

Cierto es que la influencia de Audiard en el cine francés está fechado en los 90 pero su obra se ha expandido como ninguna otra en el nuevo milenio. Lee mis labios (2001), De latir, mi corazón se ha parado (2005), Un profeta (2009), De óxido y hueso (2012), la ganadora de la Palma de Oro Dheepan (2015) y el sensacional western Los hermanos Sisters (2018), son trabajos rotundos, con una personalidad arrebatadora.

Céline Sciamma

Es la realizadora más joven de la terna; también la más interesante y cuya trayectoria muestra más aristas. Es la firmante de Retrato de una mujer en llamas –imagen de la cabecera— una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo. Las anteriores: Lirios de agua (2007), Tomboy (2011) y Girlhood (2014), son filmes descomunales que retratan la deriva de las nuevas generaciones de jóvenes franceses.

François Ozon

Como Audiard, su filmografía –en cuanto a largos se refiere— arranca en los 90 –Mirando al mar (1997)— pero ha alcanzado su esplendor en la segunda década de este siglo con filmes como En la casa (2012), Joven y bonita (2013), Una nueva amiga (2014), Frantz (2016), El amante doble (2017), Gracias a Dios (2018) y la recientemente estrenada en Francia Verano del 85, que cuenta con el sello Cannes 2020. Este fructífero director, comparado inicialmente con Pedro Almodóvar, ha conseguido, pese a compartir ciertos códigos con el genio manchego, su propia voz en el panorama internacional.

 

Arnaud Desplechin

Director de enorme prestigio pero de escasa promoción entre el gran público. Es una cuestión de perspectiva y distancia. Desplechin es un realizador que juega entre géneros, con obras que parecen no tener una ubicación clara en el tiempo y que ofrecen universos anticlimáticos. Su última creación, Roubaix, une lumière (2019), es una buena muestra de ello. Denostado en el pasado Cannes, sin embargo, aplaudido en certámenes menores donde el espectador emerge sin urgencias. Junto a este atípico noir, destacamos cintas como Jimmy P. (2013) y Tres recuerdos de mi juventud (2015).

Gaspar Noé

Estética, carnalidad y polémica siempre en la vanguardia con este director de orígenes bonaerenses que se mueve en el thriller erótico con singular soltura. Irreversible (2002), Enter the void (2009), Climax (2018) son los puntales de su filmografía reciente. Trabajos articulados sobre el envoltorio que, por otra parte, esconden dibujos generacionales muy poderosos. Odiado por la crítica gala, amado por el público más joven; es probable que esas luces de neón y el hilo musical que decoran muchas de sus «historias» tengan algo que ver.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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