Grandes películas que retrataron la migración en el siglo XXI

Hace un par de semanas, en un artículo dedicado a Gianfranco Rosi, os comentábamos que la última obra hasta el momento del cineasta transalpino, Fuego en el mar (Fuocoammare, 2016), ganadora del Oso de Oro de la Berlinale, podría considerarse como la cinta que mejor ha retratado –no deja de ser una captura cruda de ese infierno acuático al que se ven abocados miles de personas cada día— la crisis de los flujos migratorios que marcan –o marcaban, atendiendo a la pandemia sin final que vivimos en el presente— la aún breve historia del siglo XXI.

Y así es dentro de una temática con cada vez más relevancia dentro del cine independiente y de autor. A veces, a través del género más insospechado –tienen como ejemplo filmes como Distrito 9 (District 9, Neill Blomkamp, 2009), Monsters (Gareth Edwards, 2010) o la húngara Jupiter’s Moon (Jupiter holdja, Kornél Mundruczó, 2017), los cuales, desde la ciencia-ficción, describen realidades contemporáneas con las que el universo audiovisual se ha sumado a la denuncia. Las imágenes de los efectos de la inmigración desesperada, ya sea desde África a Europa o desde México y Cuba a Estados Unidos, pese a su reiteración, conservan un impacto que duele en Occidente. Es la constatación del fracaso en las políticas externas de un mundo que no deja de admirar su propio reflejo.

A continuación, seleccionamos cinco películas con las que entender la inmigración en este siglo.

Distrito 9 (2009)

Una de las sorpresas de la primera década dentro del cine de masas que ofrecía varias lecturas sociales. Siendo una coproducción de Sudáfrica con Nueva Zelanda –con Peter Jackson implicado—, el tema del Apartheid es una de las bases de esta historia de invasión alienígena cuyos agentes principales se convierten en el estrato más bajo de una sociedad ya de por sí deplorable. Pero el filme de Neil Blomkamp –que después nos trasladó la situación de las favelas brasileñas en Elysium (2013)— también habla de la incomprensión con el diferente y la tendencia de Occidente de apartar y marginar aquello que no le interesa. Nada que suene a nuevo por estos lares.

Retorno a Hansala (2008)

En el prólogo hablábamos de imágenes potentes que conciencien a esta sociedad anestesiada. La que articula este filme de Chus Gutiérrez, la de once jóvenes magrebíes tumbados en la playa, es la bisagra para esta historia de redención. Un viaje de vuelta que busca repatriar a uno de esos cadáveres a su país natal, junto a su familia. El Hussein Aghazaff, Fatima Andah y Antonio Dechent protagonizan este drama duro, necesario y conmovedor que dibuja, con mucha dignidad, esa humanidad que parece que desapareció con el Efecto 2000.

In this world (2002)

A diferencia de Ken Loach, bienquerido por las secciones oficiales de los principales festivales del mundo, Michael Winterbottom se ha convertido, no sabemos si orgulloso de serlo, en un proscrito para la crítica. Su cine apenas tiene relevancia en el marco de los certámenes, algo que, desgraciadamente, le priva de un recorrido comercial posterior. Uno de los últimos trabajos que contaron con cierto beneplácito es este filme sobre dos afganos ingresados en un campo de refugiados en Peshawar que sueñan con viajar y vivir en Reino Unido.

Atlantique (2019)

Y de un autor del que se le ha despojado de toda relevancia a otra que, por sorpresa, consiguió unos números impensables, viendo el trabajo en cuestión. Es el poder de Netflix, que consigue que espectadores no potenciales se acerquen a una obra tan críptica como apasionante. La metáfora visual de Mati Diop que envuelve este drama romántico a través del espacio-tiempo y que homenajea a todos aquellos que decidieron, sin suerte, buscar una mejor vida y dejaron a tantos seres amados detrás, compitió por la Palma de Oro del Festival de Cannes y fue una de las protagonistas el año pasado en la carrera por el Oscar a mejor película internacional.

Las tortugas también vuelan (2004)

Preciosa cinta iraní que se hizo con la Concha de Oro a la mejor película y que descubre diferentes realidades en un campamento de refugiados en el Kurdistán. Parte de un hecho recurrente: la búsqueda de una antena que permita seguir a los integrantes de dicho campamento el posible ataque de Estados Unidos a Irak. Durante ese proceso, aparecerán nuevos personajes y surgirá una historia de amor entre dos de los miembros más jóvenes del improvisado poblado. La dirige Bahman Ghobadi, un director al que le hemos perdido la pista.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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