Guy Ritchie para principiantes: Cuatro películas que no debes perderte

Nos anticipaba el Hall of Shame dedicado a Guy Ritchie que el presente profesional del cineasta británico está más cuestionado que nunca. Lo cierto es que cualquier incauto se aproxime a Barridos por la marea, esa comedia involuntaria protagonizada por su entonces esposa Madonna, sin conocer su trayectoria previa, probablemente decline cualquier oferta de entretenimiento firmado con el apellido Ritchie a posteriori. Tal descalabro ha marcado la carrera de un cineasta que se convirtió en tendencia con las primeras luces del siglo XXI. Filmes como Lock & Stock (1998) y Snatch, cerdos y diamantes (2000) lo situaron en el mapa de tal manera que los estudios norteamericanos se peleaban por contar con sus servicios. El extraño giro (tanto personal como artístico) que dio su carrera fue achacado a una toma de malas decisiones pero también al fin de una simple moda estético-narrativa donde, tras ella, el cine de Ritchie mostraba su bajo calado –como demostró Rocknrolla, vendida como su vuelta a los orígenes. Lo cierto que su incursión dentro de la ficción de los grandes estudios con la saga Sherlock Holmes, más allá de su nulo impacto crítico, sí logró el propósito inherente de la parte contratante: beneficios. Algo que se ha tornado en su contra en su último filme: Rey Arturo, la leyenda de Excálibur, un infravalorado entretenimiento que naufragó en la taquilla mundial. Sea como fuere, con sus luces y sus claros, nos detenemos ante cuatro propuestas que son una declaración de intenciones y que merecen ser defendidas. Estas son nuestras Cuatro de Guy Ritchie:

Y empezamos justo por el final. Al menos hasta el momento. Rey Arturo: la leyenda de Excálibur era definida en su momento por nuestro compañero David Tejero Nogales como «Una ópera de signos insinuativos que se someten al ritmo sincopado de un leitmotiv pertinente, macarra, asociado, cómo no, a la “baja” cultura del entretenimiento. Una de las sorpresas del verano». Y así es, su último trabajo es todo un carnaval de extravagancias pero también un melancólico retrato del blockbuster de autor ahora en decadencia. Además, nos deja un sinfín de secuencias memorables que subrayan el talento visual de su realizador.

Mucho menos arriesgada en lo visual pero sí en lo narrativo es quizás su masterpiece –dentro de una filmografía llena de promesas incumplidas—, Snatch, cerdos y diamantes, culmen del personaje prototípico que habita el universo Ritchie. Un rol que consiguió extraer la mejor cara interpretativa de Brad Pitt, en su memorable papel de El gitano. Diálogos notables entremezclados con acción y comedia dejan no solo su tótem cinematográfico también una de las películas más relevantes en lo que llevamos de siglo.

Precisamente, hablando de carisma, el Sherlock Holmes de Robert Downey Jr. es otro de los personajes memorables dentro de la carrera de Ritchie. La primera entrega de la saga, cómo no, era un exceso continuo, pero también un divertimento de primera. Como le sucediera a su continuación, la alargada mano de la producción en la sala de montaje decoloró el resultado final. En nuestra memoria queda esta visión extemporánea del icono creado por Arthur Conan Doyle.

Aunque aquí todo el mundo espera su ópera prima, Lock & Stock, hemos decidido incluir su penúltima creación: Operación U.N.C.L.E., la traslación a la gran pantalla del éxito televisivo El agente de CIPOL, de Sam Rolfe. Lo hacemos por su estética, por la química entre Armie Hammer y Henry Cavill y por un puñado de recursos visuales que nos dejan atónitos –véase la maravillosa secuencia en el lago.

 

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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