Julio Medem, un director a contracorriente: 4 momentos clave en su carrera

La biografía de Julio Medem está repleta de datos curiosos por los que uno se pregunta: ¿cómo terminó dedicándose al cine? Quizás sea ese bagaje tan diverso el que le permite acercarse a historias tan distintas. Este donostiarra nacido en 1958 apuntaba primero a atleta: llegó a conseguir la mejor marca española en 110 metros vallas y fue candidato a recibir una beca olímpica para Montreal 1976. Años más tarde dejó el atletismo para estudiar Medicina y Cirugía General en la Universidad del País Vasco. Sin embargo, ni el deporte ni la medicina acabaron conquistándolo. Fue su afición por el cine, que cultivaba desde bien pequeño con su hermana Ana grabando películas con la súper-8 familiar, la que acabó decantando su balanza profesional. Medem se ha caracterizado por una carrera llena de altos y bajos, con éxitos rotundos, fracasos sonados y grandes polémicas. Pero nunca se ha rendido. Pese a las dificultades, ha continuado remando y sorteando las grandes olas de una industria que en ocasiones le ha dado la espalda. A continuación, un pequeño recorrido por cuatro momentos clave en la filmografía del cineasta vasco.

Kubrick, Spielberg y una ardilla

Tras lograr el Goya a la Mejor Dirección Novel con Vacas en 1992, consigue ganar un años más tarde el Premio de la Juventud del Festival de Cannes con su segunda película, La ardilla roja. No sabemos si fue en la Costa Azul donde Stanley Kubrick se quedó prendado de la película. Tanto es así que le recomendó a su amigo Steven Spielberg el nombre de Medem para dirigir la próxima película que iba a producir, La máscara del zorro. Afortunadamente, siendo coherente con su trayectoria, rechazó el proyecto, pero resulta curioso imaginar hacia dónde habría llevado al héroe interpretado por Antonio Banderas.

 

De Ana a Lucía

El mayor éxito le llegó con su película más arriesgada. La Lucía de Lucía y el sexo es en realidad la Ana de Los amantes del círculo polar, su anterior película. El trágico final que escribió para la protagonista le afectó tanto que decidió salvarla e imaginar una nueva vida. Así surgió Lucía y el sexo, una película en la que Medem se olvida de pudores y reparos para analizar tres formas de sexo: en pareja, con un desconocido y el salvaje. Pese a que tenía otras actrices en mente para Lucía, un encuentro fortuito con Paz Vega en la capital le convenció para ofrecerle un papel que cambiaría las vidas de ambos para siempre.

Y llegó la polémica

Medem vivía un momento dulce tras el rotundo éxito de Lucía y el sexo. Quizás porque la sociedad española no estaba preparada para su documental o porque ya venía lastrada por ciertas polémicas políticas antes de su estreno, lo cierto es que La pelota vasca: la piel contra la piedra fue un duro golpe para el director. Este ambicioso documental planteado para 5 formatos (cine, libro, serie de televisión, página web y DVD) centrado en entrevistas a decenas de personalidades acerca de la situación del euskera, la historia vasca o el conflicto etarra se ideó como una oportunidad para tender puentes en un momento complicado, pero lo único que vino a demostrar fue las opiniones encontradas y los sentimientos tan dispares que estaban en juego en la sociedad.

Vuelta a empezar

Para lograr reponerse, Medem se embarcó en su proyecto más personal. Caótica Ana estaba dedicada a su hermana, que falleció en 2001. Fue una película en la que invirtió mucho dinero y que le llevó a una situación económica complicada, ya que no tuvo el éxito esperado: «Tuvo 200.000 espectadores, una cifra por encima de la media de un filme español, pero estaba destinada por muchas razones a llegar a mucho más público», declaró. Quizás arrastrando algunas rencillas, Medem se sintió abandonado por el público y la industria y se tomó un periodo de reflexión en el que publicó una novela, Aspasia, amante de Atenas, un proyecto cinematográfico que no ha podido llevar a cabo. Desde entonces, el director ha intercalado diversos proyectos con más o menos suerte (como Habitación en Roma o Ma Ma), pero sin duda esperamos reencontrarnos con el mejor Medem a finales de este año, cuando estrene su nueva película, El árbol de la sangre.

 

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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