Las 5 mejores interpretaciones de Steve Buscemi

«Siempre quise ser un galán, lo llevo en la sangre. Lamentablemente, no lo llevo en la cara». Y de menuda cara estamos hablando. Nada más y nada menos que la de Steve Buscemi, uno de los grandes iconos del cine independiente, en especial del cine de los hermanos Coen, que han hecho de este oriundo de Nueva York la encarnación de la visión e idiosincrasia de sus narrativas. Nacido el 13 de diciembre de 1957 en el barrio de Brooklyn, desde muy temprana edad demostró talento para las artes, en especial para la ventriloquia, que le abrieron las puertas del universo teatral escolar. A partir de ahí, su carrera siempre fue dando tirones y giros constantes. Con continuos cambios de institutos, escuelas y academias, este aspirante a actor de sitcoms, incluso, ingresó en el Departamento de Bomberos de la 55, compaginándolo, por las noches, con su labor de comediante. Su primera participación en un largometraje llegó en 1985 con The Way It Is, de Eric Mitchell. Fue en 1989 cuando llegaron los primeros hitos, con sendas participaciones en Historias de Nueva York, de Martin Scorsese, y Mystery Train, de Jim Jarmusch. En ambas, por supuesto, interpretando a un criminal de baja estofa, el rol clave de su filmografía. El resto ya lo conocemos: un secundario de lujo que termina haciéndose con la función; poca importa que no sea un favorito de la crítica o de los académicos. A continuación, y a modo de homenaje, clasificamos las cinco mejores actuaciones de una carrera que aún tiene mucho que darnos:

Reservoir dogs, de Quentin Tarantino, 1992.

Una de las cumbres de su trayectoria dando vida a «El señor rosa», el líder y mentor de una banda atracadores que motorizaban una de las grandes ficciones del cine de los noventa. Quentin Tarantino debutó a lo grande con esta maravilla y aupó a un elenco en el que sobresalía un Buscemi entregado a la causa. Después repetirían en Pulp Fiction.

Fargo, de los hermanos Coen, 1996.

Haciendo una inolvidable pareja con Peter Stormare, Buscemi dio gesto y voz a Carl Showalter, un asesino a sueldo que busca ajustar cuentas en una de las aristas de la filmografía de los Coen. Hasta seis veces Buscemi ha colaborado con el dúo más importante del cine contemporáneo norteamericano.

El gran Lebowski, de los hermanos Coen, 1998.

Si hay un rol que encaja con la filosofía de este actor ese es el de Donny Kerabatsos, el amigo de El Nota (Jeff Bridges), jugador de bolos que se mete en todo lío imaginable. Por una vez, Buscemi se alejó ficcionalmente del hampa, aunque las consecuencias fueron igual de trágicas.

Armagedddon, de Michael Bay, 1998.

Venga, reconózcanlo, cuando aparece en televisión los domingos por la tarde esta película de Michael Bay que mezcla los géneros de catástrofes y la ciencia-ficción siempre se quedan a verla. En parte, es por la labor de Buscemi, como Rockhound, que una vez más rompe con la solemnidad para ofrecernos contrapuntos a los dramatismos (y también romanticismos) de este trabajo tan infravalorado como su autor.

Boardwalk Empire (2010-2014).

Nucky Thompson no solo es uno de los iconos de la Edad Dorada televisiva estadounidense, sino también el papel que más gloria le ha dado a Buscemi si nos ceñimos a los galardones: cuatro nominaciones a los Globos de Oro, de los que obtuvo uno, en 2011. Este serial creado por Martin Scorsese demostró que Buscemi era más que un actor coral sobresaliente.

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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