Las mejores comedias francesas del siglo XXI

En nuestro artículo dedicado a los mejores actores galos, hablábamos del eterno resplandor del cine francés. No se puede definir de otra forma el estupendo momento del panorama cinematográfico de la nación europea. Con una sólida industria que compite en cartelera a nivel local con las grandes superproducciones norteamericanas. Francia defiende su cine, tanto a nivel institucional como a nivel popular. Es el «chauvinismo» bien entendido. Es una cuestión cultural, unida a su idiosincrasia. De esta manera, resulta sencillo asistir a cada recuento del box office con una sonrisa de en la boca.

El cine francés se impone en casa. Y este es el encabezado que se utiliza cuando se estrena cine de esta nacionalidad en nuestra cartelera: «la película más vista en Francia». Un eslogan convertido en cliché y que siempre suele acompañar a las comedias exportadas. El cine francés tiene en España un aliado incondicional. Más allá de los grandes nombres, la ficción de nuestros vecinos funciona en cartelera, sobre todo con el público más maduro que, por otra parte, es el que sostiene la exhibición española. A continuación, celebrando «Panorama Francia» en Sundance TV, seleccionamos cinco grandes comedias francesas que no entendieron de fronteras.

Quiéreme si te atreves (2003)

Comedia romántica dirigida por Yann Samuell que nos presentaba a dos actores llamados a conquistar el cine internacional: Marion Cotillard y Guillaume Canet. Ambos encarnan a una pareja que viven su historia de amor entrelazada en el espacio y el tiempo y en cuyos intersticios se cuela una vis lúdica que pondrá en jaque sus sentimientos. No tuvo la acogida crítica que sí tuvo en taquilla; sin embargo se ha convertido en un clásico popular gracias a una visión melodramática donde se cruza lo azaroso –como buen aditivo del género— y lo mágico-estrambótico.

Intocable (2011)

Filme que estuvo varias semanas como número uno en la taquilla europea. Omar Sy y François Cluzot interpretan a esta extraña pareja unida por el destino que nos hace reír y llorar a partes iguales. Una de las historias más entrañables del cine francés reciente que, como todo buen éxito, ha sido versionado por la industria estadounidense en The Upside, con Bryan Cranston y Kevin Hart en los papeles principales. Dirigen Oliver Nakache y Eric Toledano, sospechosos habituales de este tipo de cine con unas coordenadas sentimentales, por obvias, muy concretas.

Un dios salvaje (2011)

Quizá la última gran película de Roman Polanski, cuya filmografía resiste pese a los cuestionables bandazos vitales del director, paradigma junto a Woody Allen de la eterna pregunta sobre separación entre obra y actos de su autor. En este filme, que adapta la obra de Yasmina Reza, junta sobre el escenario a unos brillantes Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly, que conforman dos matrimonios que se reúnen para solventar la disputa de sus hijos en un parque. Una comedia deliciosa llena de mala baba y giros notables.

El nombre (2012)

Mucho menos mediáticos son Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte, firmantes de otra reunión, en este caso una cena en la se conocerá el nombre del primer vástago del principal invitado. Una elección que provocará en los comensales una reacción inesperada que pasará por diversas fases. Un filme interpretado por Patrick Bruel, Valérie Benguigui y Charles Berling que se convirtió en uno de los éxitos inesperados de 2012 tanto en Francia como en España. Cine modesto, sí, pero también cine inteligente.

Crónicas diplomáticas (2013)

Bertrand Tavernier siempre es un placer y más con esta comedia bastante accesible que satiriza a los políticos europeos. Thierry Lhermitte, Raphaël Personnaz, Niels Arestrup, Bruno Raffaelli, Julie Gayet y Anaïs Demoustier caracterizan a un grupo de políticos, burócratas y personal del Ministerio de Asuntos Exteriores. Un lugar dominado por los egos, la ineptitud y las decisiones caóticas. Nada, por supuesto, más lejos de la realidad. La interpretación de Lhermitte es fascinante. Se presentó en la sección oficial del Festival de San Sebastián.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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