Las mejores películas de Finlandia

En enero llega a SundanceTV la tercera temporada (final) de Bordertown, una de las series sorpresa en los últimos años en la ficción televisiva del viejo continente. Una producción contextualizada en Finlandia, una nación de inmensas posibilidades –por escenario, por idiosincrasia, por ambientación— que, sin embargo, siempre ha ocupado un puesto en la retaguardia con respecto a sus vecinos nórdicos –especialmente Suecia, Dinamarca y últimamente Noruega. El audiovisual finés no ha tenido un desarrollo tan potente como sus compañeras de área pese a sus esfuerzos educativos y culturales, punteros en Europa. Es cierto que los últimos años han aparecido nuevos nombres que han enriquecido el panorama cinematográfico finés como Miia Tervo o Juho Kuosmanen, pero, en realidad el cine en Finlandia es un asunto de los veteranos, concretamente de Klaus Härö y los hermanos Kaurismäki, sobre todo el más celebre de todos ellos: Aki. Ninguna equivalencia tiene el cine de estos tres directores con las imágenes de Bordertown, más allá de la metáfora física y emocional de que los personajes de todos estos universos habitan una linde, un terreno fronterizo que se desea cruzar o en el que se mantiene un ecosistema muy particular.

A continuación, elegimos cinco películas clave para conocer la cinematografía finlandesa, siempre entiendo que podíamos coparla con las principales cintas del gran Aki Kaurismäki.

La chica de la fábrica de cerillas (1990)

Filme candidato al EFA a mejor película que se encuentra entre lo mejor rodado por el finés durante los 90, quizá su etapa más prolífica y también dramática de su dilatada carrera. Kati Outinen, Elina Salo, Esko Nikkari y Vesa Vierikko protagonizan este drama psicológico que narra la vivencia de una trabajadora de una industria en cadena en su hogar, un infierno terrenal auspiciado por la crueldad de su padre y la frialdad de su madre. Su vida amorosa, a su vez, no es mucho mejor. Una vida mundana de colores grisáceos como solo Kaurismäki sabe dibujar.

La vida de bohemia (1992)

Matti Pellonpää, Evelyne Didi y André Wilms –el primero y el tercero ganadores del EFA interpretativo— protagonizan esta tragicomedia que sigue los pases de tres pintores –uno francés, otro albanés y otro irlandés— en el París más bohemio. Una crítica llena de ironía al estatus de artista que interpela a la camaradería como único modus vivendi. Una demostración más del talento de Kaurismäki.

Cartas al padre Jacob (2009)

Quizá la mejor película de otro cineasta veterano como Klaus Härö, que está viviendo una segunda juventud como demostró el éxito de La clase de esgrima (2015). Cartas al padre Jacob es un filme eminentemente humanista contextualizado en pequeños espacios y que cuenta la historia de la relación entre una mujer indultada tras ser condenada a cadena perpetua y un sacerdote ciego para el que trabaja abriendo su correspondencia.

El havre (2011)

Protagonista de una de las mejores ediciones del Festival de Cannes del siglo XXI, ya que para mucho este filme de Aki Kaurismäki fue el mejor de esta entrega del certamen galo. Un precioso cuento sobre las segundas oportunidades en plena vejez que emociona y hace sonreír desde el detalle más mínimo. De nuevo, el personaje Marcel Marx, protagonista de La vida de Bohemia, un pintor ya retirado que vive en la ciudad portuaria de Le Havre, Francia, es el personaje clave de una cinta prodigiosa.

El día más feliz en la vida de Olli Mäki (2016)

Trabajo rodado en blanco y negro tan modesto como sincero. Es el relato de cómo un púgil del peso pluma halla el amor en el momento más importante de su vida: cuando opta al título mundial de la categoría. Un filme que se presentó con loas en el Festival de Cannes y tuvo una excelente carrera comercial y crítica, consiguiendo varios galardones –entre ellos el más importante del prestigioso Festival de Zúrich—. Gracias a él conocimos a su director, Juho Kuosmanen, del que esperamos largometraje el próximo año.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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