Las mejores películas de Gene Kelly

Ya lo hemos comentado en otras ocasiones: el musical es, sin lugar a dudas, el género más complejo y enraizado a su tiempo que existe. Es por ello que son pocos los que sobreviven al paso del calendario y se mantienen en la memoria de los cinéfilos de forma perenne. Concebido, como norma general, como una extensión del drama o la comedia romántica, su evolución ha estado unida, como no podría ser de otra forma, a su socio pentagramático y las tendencias coetáneas a este. De esta manera, se justifica que una película como La La Land, que no deja de ser un guiño constante y continuo al pasado, se convierta en todo un hito para una generación: compila todas las obsesiones del presente –también todos los defectos— para homenajear –estamos en una era revival— y redescubrir aquellos clásicos que hicieron vibrar a padres y abuelos de estos nuevos cinéfilos.

Lo cierto que es no podría ser de otra forma. Cómo comparar a Ryan Gosling con un titán como Gene Kelly, junto a Fred Astaire, el icono por excelencia del musical. Existen pocos actores con la capacidad vocal y danzadora de Kelly, un actor maravilloso que, repasando su filmografía, llena de varios éxitos indiscutibles, parece que le faltó ese plus para trascender más allá del género. En cualquier caso, estamos ante uno de los rostros más importantes del Hollywood dorado. Aprovechando el aniversario del estreno de Un americano en París, que cumple 69 años, elegimos nuestras cinco películas predilectas del actor de Pittsburgh.

Un día en Nueva York (1949)

Aunque fue George Sidney el que descubrió a Kelly, con el que colaboró en los comienzos de su carrera en tres películas (El desfile de estrellas, Levando anclas y una nueva versión de Los tres mosqueteros), la filmografía de Kelly está unida a Stanley Donen. Un día en Nueva York, que ambos codirigieron, fue la primera obra en la que compartieron set y el comienzo de una trayectoria llena de hitos. En este filme, nuestro héroe comparte plano con el siempre magnífico Frank Sinatra. Ambos ejercen de marineros en esta comedia donde las cámaras recorren la ciudad retratando coreografías y romances perdidos, algo inédito hasta entonces. Cuenta con la música de Leonard Bernstein, nominada al Oscar en su año.

Un americano en París (1951)

De Donen a Minnelli en esta magnífica película –ojo, amantes de Chazelle y La La Land— coprotagonizada por Leslie Caron y el propio Kelly, que narra el relato de amor a tres bandas entre un pintor fracasado que expone en las calles de Montparnasse, una mujer de alto poder adquisitivo y una tendera que malvive en el París de posguerra. Consiguió seis estatuillas, entre ellas la principal, la de mejor película. Todo un clásico, lleno de color y buenos sentimientos.

Cantando bajo la lluvia (1952)

¿Qué decir de esta maravilla? Kelly pasó a la historia en este espectáculo tan grandioso como emotivo codirigido con Donen que esculpió una de las imágenes icono de este noble arte –la del actor subido a una farola mientras canta el Singin’ in the rain. Lo cierto que no solo Kelly está magnífico; su partener Donald O’Connor está espectacular pero el show, y no aceptamos discusiones, es para Debbie Reynolds. Le entregamos nuestro corazón sin dudar, no les quepa duda. Cuesta entender su poca relevancia en los Oscar, donde solo consiguió dos candidaturas.

Brigadoon (1954)

De nuevo con Minnelli, Kelly da réplica a Cyd Charisse y Van Johnson en esta traslación a la pantalla de un musical estrella en Broadway que nos acerca este cuento moderno ambientado en un pueblo escocés en el que todos sus habitantes permanecen dormidos hasta que despiertan solo por un día. Algo de lo que serán testigos dos turistas estadounidenses, que quedará prendados de ese modus vivendi. La dirección de fotografía del camarógrafo Joseph Ruttenberg, ganadora del Globo de Oro de la categoría, es sensacional.

La herencia del viento (1960)

Salimos de las coreografías y las coloridas puestas en escena para concluir con esta cinta bastante olvidada en las habituales recopilaciones, pero muy estimable. El choque entre el darwinismo –viendo nuestros días, perfectamente de actualidad— y el creacionismo rotura este drama judicial que nos acerca a la disyuntiva de un profesor que defiende las teorías de Darwin en sus clases, escandalizando a la rígida sociedad del Tennessee de los años 20. Kelly tiene en esta película de Stanley Kramer un rol secundario pero de vital importancia. Un clásico a rescatar.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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