Las mejores películas de Natalie Wood

Natalia Nikolaevna Zajárenko, más conocida como Natalie Wood, es considerada una de las grandes estrellas de la historia del cine. Sin embargo, las extrañas circunstancias de su muerte, y su previa y cruda vida privada, oscureciendo el brillo del que fue uno de los rostros más representativos del Hollywood clásico. La trayectoria de Wood es similar a la de otras estrellas femeninas coetáneas: de niña prodigio a ser candidata al Oscar en tres ocasiones antes de los 25 años –Rebelde sin causa, Esplendor en la hierba y Amores con un extraño. Su entrada en la adultez marcó el descenso paulatino de popularidad, debido, como decíamos, a una turbia vida personal y a los numerosos titulares que brindó al papel cuché. Su fallecimiento, a los 43 años, en Isla Catalina dejó un enorme vacío: la actriz que representaba la imagen de la ingenuidad se apagó justo cuando debía brillar con más fuerza.

Coincidiendo con el aniversario de la premiere de Rebelde sin causa, elegimos los títulos elementales de su corta carrera. Algunos evidentes y obligatorios; otros más arriesgados y sorprendentes.

Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, 1955

Setenta años antes de que Emma Stone y Ryan Gosling visitaran el Observatorio Griffith en La ciudad de las estrellas (La La Land), ya clásico popular del siglo XXI, James Dean y Natalie Wood recorrieron los pasillos de este emblemático edificio angelino que procuró uno de los escenarios del también clásico de Nicholas Ray. Una obra generacional que encumbró a sus dos jóvenes estrellas. Dos actores, a la postre, unidos por la fatalidad y que representan el fulgor efímero del Hollywood dorado.

Colinas ardientes, de Stuart Heisler, 1956

Stuart Heisler firma este crossover cuasi imposible de Western y romántico creado a la mayor gloria de unos jóvenes Natalie Wood y Tab Hunter, dos de los actores jóvenes del momento. Un filme que consiguió una excelente taquilla y que cuenta con una serie de hallazgos formales que lo sitúan en el andén de obras reivindicables de una época de formalismo genérico encorsetado.

Cenizas bajo el sol, de Delmer Daves, 1958

Delmer Daves es un cineasta apasionante al que se le valoró, principalmente, por la elaboración de Westerns secundarios devenidos clásicos con mayúsculas –véase El tren de las 3:10. En esta cinta se pasa al bélico cruzado de nuevo con el romance. Frank Sinatra, Tony Curtis y una increíble Wood conforman un triángulo amoroso que surge tras el Desembarco de Normandía. Dos soldados lucharán por el amor de una joven que, a su vez, oculta un poderoso secreto.

Esplendor en la hierba, de Elia Kazan, 1961

Entramos en el año más importante de la carrera profesional de Wood. En 1961 estrenó las dos grandes películas de su filmografía. La primera fue Esplendor en la hierba, una de las grandes cintas de Elia Kazan, que le procuró una nueva nominación al Oscar por el papel de Wilma Dean Loomis, uno de los caracteres femeninos más importantes de la Historia del Cine. Wood es La película.

West Side Story, de Robert Wise, 1961

Seguimos en el mismo año con uno de los musicales más originales de todos los tiempos y que el año que viene volveremos a ver en pantalla con la actualización que correrá a cargo de Steven Spielberg. Pese a que Wood contaba con una voz excelente, los productores decidieron que fuera doblada por una cantante profesional. Algo que no le resta ni un ápice de fuerza a su personaje: mezcla de candidez y de energía. El filme de Robert Wise es uno de los hitos del género que nos invita a soñar y, por supuesto, por qué no, a bailar.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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