Las mejores películas del año (vol.2)

Continuando con el enfoque reivindicativo con el que lanzamos la primera parte de esta lista, proponemos aquí cinco propuestas más de las que consideramos las mejores películas estrenadas en España en este 2017 al que despedimos. Fieles a nuestro espíritu, hemos preferido fijarnos en cintas heterodoxas, en el cine fuera de los principales circuitos comerciales, aquel donde buscamos las conexiones vitales más profundas. Aprovechamos, además, para brindar por la llegada de un 2018 cargado de grandes filmes.

Toni Erdmann, de Maren Ade

Inmersión de filiaciones cassavetianas en los afectos casi perdidos entre un padre y una hija, Toni Erdmann expone la dimensión más melancólica de la comedia: que, a menudo, es un recurso desesperado con el que disfrazar las aflicciones e inseguridades más inconfesables. Eso es el personaje que le da título, un estrambótico alter ego creado por un padre bromista y desenfadado para intentar reconectar con su hija, una treintañera ejecutiva absorbida por su mundo de estricta competitividad. La directora alemana crea dos personajes con una energía interna desbordante, una imagen que se llena de emociones flotantes, y un diálogo continuo entre dos actitudes vitales, dos generaciones e incluso dos Europas. Todo un remedio para volver a confiar en las inmensas posibilidades del cine actual.

Lo tuyo y tú + En la playa sola de noche, de Hong Sang-soo

Proponemos aquí una sesión doble celebrando un hito en nuestro país: el doble estreno en salas del surcoreano Hong Sang-soo, cuya filmografía resulta aún más estimulante vista como corpus en continua expansión que como colección de piezas sueltas. Lo tuyo y tú narra el resurgimiento de un romance basado en el olvido y la repetición de promesas de plenitud y entrega incondicional, un nuevo comienzo que puede ser visto como la triste falsedad inherente a las relaciones de pareja o una celebración de la voluntad de seguir insistiendo en ellas. Mientras que En la playa sola de noche, protagonizada por una hipnótica Kim Min-hee, rastrea un proceso de asimilación del fin de otro romance, un trance amargo aunque bello en lo que tiene de crecimiento personal. Como siempre en el cine de Hong, los comienzos y los finales se solapan en esa continua exploración del hecho amoroso que es su cine.

A Ghost Story, de David Lowery

Nacida como un proyecto secreto y de escaso presupuesto entre Lowery, Rooney Mara y Cassey Affleck, la pequeñez de esta película acaba en ese planteamiento. En el resto de sus facetas, es un filme de amplia ambición temática, que termina por trascender lo narrativo para rozar lo ensayístico en su forma de discurrir sobre la memoria, la muerte y el paso del tiempo. Lowery saca un asombroso potencial expresivo, poético y emocional de la figura de su fantasma protagonista, pese a estar privado de palabras y reducido a la representación a priori más pueril: la sábana con dos agujeros sobre los ojos. Por si fuera poco, Mara protagoniza una de las escenas del año comiendo tarta.

Le fils de Joseph, de Eugéne Green

Green, director estadounidense afincado en Europa y estudioso del barroco, es una de las personalidades más exóticas del cine actual. La magnífica Le fils de Joseph aúna un aura erudita con un espíritu de inocencia pura, y pone a dialogar referencias bíblicas al sacrificio de Isaac y la Sagrada Familia para construir una historia de crecimiento de un adolescente junto a una parábola sobre el bien y el mal formulados casi en abstracto. Aunque recuerde a Bresson en sus imágenes ascéticas y sus actores “modelados”, Green añade un optimismo tan genuino que es imposible resistirse a él. Esta es una de esas películas que hacen que uno salga del cine más feliz.

Personal Shopper, de Olivier Assayas

Nueva colaboración entre Assayas y la actriz Kristen Stewart, Personal Shopper pertenece a esa corriente cinematográfica que toma géneros dominantes para llevárselos a un terreno extraño. Aunando códigos de terror con una trama de misterio criminal, de lo que termina hablando es de la convivencia de su protagonista, asistente personal de una famosa que además tiene capacidades como médium, con el dolor por la muerte de su hermano mellizo. Assayas convierte a la retórica de los jump scares y los crujidos de casa encantada en manifestaciones de una convivencia con la pérdida, y completa el cuadro hablando de nuestras nuevas relaciones con las pantallas, derivando la trama criminal a planos de whatsapps. El resultado: una cinta desasosegante, magnética e inagotable.

El antepenúltimo mohicano.
Park City, Utah.