Lo mejor de Sundance ‘90 – Veneno vs. High art

El cine independiente entró en la década de los 90 ya consolidado como una nueva manera de abordar la realidad alejada de las imposiciones económicas y narrativas de los grandes estudios. Ya sabíamos quién era Cassavetes, habíamos descubierto a Lynch y a Jarmusch y Spike Lee nos acababa de regalar una obra fundamental como Haz lo que debas. Por eso, esta nueva década en el ocaso del siglo XX obligaba a los directores a reformular de un modo u otro el cine independiente, agotado de ciertas fórmulas, ya sea volviendo a los clásicos, reinterpretando esquemas o llevando la idea del género a sus máximas consecuencias. Y a todo ello contribuyó el Festival de Sundance a modo de escaparate de todo lo que estaba sucediendo. Por todo ello, encontrar la mejor película que pasó por Park City en los años 90 es algo difícil, sí, pero también nos sirve para revisitar películas y actores que estaban en momento de transición, tratando de encontrar nuevas voces. Empezamos esta búsqueda con Veneno, de Todd Haynes y High art, de Lisa Chodolenko.

Veneno, de Todd Haynes

De qué va: Tres historias distintas (“Hero”, “Horror” y “Homo”) nos acercan a personajes insólitos. En “Hero”, un niño de 7 años logra escapar tras asesinar a su padre. En “Horror”, el experimento sexual de un científico acaba saliendo mal y expande una contagiosa enfermedad. En “Homo”, dos presos empiezan una relación amorosa en pleno reformatorio.

Puntos fuertes: Haynes debutó en el largometraje con una película diferente, dura, que no dejó indiferente a nadie. La mirada sobre las tres historias es implacable, y eso molestó a muchos. A Haynes le llovieron las críticas, pero lo cierto es que es esa mirada tan personal es una de las grandes bazas de Veneno. La desviación, la transgresión, lo anormal… son aspectos que están en las tres historias y que Haynes logra aunar a través de estos sentimientos más que de la narrativa. Ahí es donde se deja ver un director inteligente y audaz, que bien rueda en blanco y negro como parodia las películas de serie B de los años 50: un verdadero malabarista de estilos. Todo ello, junto a unos actores que se esfuerzan por darle ese tono aberrante y estrafalario a sus personajes, tiene como resultado una película atrevida, sin miedo al exceso, que a ratos parece un documental loco de un mundo paralelo.

Puntos débiles: Como decíamos, el hecho de que las tres historias sean independientes y no estén ligadas de manera narrativa puede echar atrás a muchos, especialmente porque este planteamiento siempre es difícil de redondear. Además, ese riesgo constante que corre puede resultar cargante incluso en propuestas rupturistas como esta.

High art, de Lisa Chodolenko

De qué va: Lucy Berliner es una veterana fotógrafa en horas bajas a causa de su adicción a las drogas y una tormentosa relación con Greta, una exactriz adicta a la heroína. Todo cambia cuando conoce a Syd, una joven fotógrafa con grandes aspiraciones.

Puntos fuertes: High art es una de las primeras películas sobre lesbianas que intentó alejarse de clichés y lugares comunes, y eso tiene aún más mérito cuando uno de los temas que introduce la película es la adicción a las drogas. En su primera película Lisa Chodolenko deja claro su estilo, y este pasa por una dirección de actores naturalista, sin florituras, dejando que el personaje vaya poco a poco apareciendo ante nosotros con planos que se alargan en busca de las reacciones más sutiles. Esta manera de contar el triángulo amoroso a media voz y siempre pendiente de los personajes le sirve para construir la película a través de los pequeños detalles.

Puntos débiles: Apostarlo todo a los personajes y a la interpretación de los actores, por muy bien que estén, resta un tanto de profundidad a la película, y, entre diálogo y diálogo, la propuesta puede resultar monótona en algunas ocasiones.

VEREDICTO: Por esa manera descarada de arriesgar, sin miedo a equivocarse, y con una clara voluntad de romper moldes, nosotros nos quedamos con Veneno, de Todd Haynes. ¡Quién nos iba a decir entonces que terminaría dirigiendo un melodrama tan perfecto como Carol!

Y la semana que viene… Slacker, de Richard Linklater vs. Pi, fe en el caos, de Darren Aronofski.

 

El Antepenúltimo Mohicano

Park City