Made in Italy: grandes películas italianas de los 70

Queda algo más de una semana para el estreno de Made in Italy, una de las apuestas de Sundance TV para este verano. Un serial ambientado en los 70, en plena efervescencia artística y social en Italia. Extrapolando ese momentum al espectro cinematográfico, podíamos hablar de que estábamos ante un cambio de corriente. Los grandes maestros del arte fílmico italiano, léase Fellini, Rossellini, Visconti, Antonioni, De Sica o Latuada, que marcaron el cénit, afrontaban la madurez de sus carreras, cada vez más alejados de un neorrealismo que impregnó, en la mayoría de los casos, la temática y estética de sus filmografías. A la vez, llegaban miembros de generaciones posteriores de enorme talento: Pasolini, Bertolucci, Scola, Rosi, Ferrara, los hermanos Taviani… Un cruce maravilloso, dominado por una visión nostálgica, entre el pasado y el futuro que provocó que la nación transalpina fuera una industria en alza en Europa.

A continuación, recordamos los 70 eligiendo las mejores películas italianas de ese período.

Una jornada particular (1977)

Es la gran película de Ettore Scola. Sophia Loren y Marcello Mastroianni protagonizan este drama que se ubica en la Roma de 1938. A la capital romana llega Adolf Hitler, en plena celebración de la fiesta fascista. Todo el mundo sale a la calle, salvo dos personas de un inmueble: Antonietta y Gabriele. La primera es una ama de casa con muchas tareas pendientes; el segundo, esquivo y taciturno, evita constantemente ser visto por la policía. Ambos se ofrecen una cercanía necesaria en un momento complejo. Scola nos brinda una obra maestra sobre la solidaridad y la humanidad dirigiendo a dos titanes de la interpretación. Una jornada particular fue doblemente nominada al Oscar –mejor actor y mejor película de habla no inglesa— y consiguió el Globo de Oro en el apartado foráneo.

Novecento (1976)

314 minutos de puro cine, enriquecidos con el diseño de los claroscuros de Vittorio Storaro y Ennio Morricone. Una de las películas más ambiciosas de todos los tiempos firmada por un Bertolucci que explotó en los 70 todo lo prometido una década antes. Gérard Depardieu, Robert De Niro, Dominique Sanda, Stefania Sandrelli, Donald Sutherland, Burt Lancaster y Sterling Hayden conforman un reparto de campanillas que da vida a esta historia que rompe la barrera del tiempo para contar la evolución política italiana, centrándose, como la anterior, en el auge del fascismo, el movimiento ideológico que cambió la fisonomía del viejo continente en el siglo XX.

 

Amarcord (1973)

Otra masterpiece; otra que, de nuevo, dibuja uno de los segmentos temporales más oscuros de Europa. Siempre en clave autobiográfica. De esta manera, Federico Fellini retrata su propia infancia en un pueblo al norte de la península en los años 30. Una recolección de recuerdos llenos de maravillosos tópicos fellinianos elevada por el camarógrafo Giuseppe Rotunno y el compositor Nino Rota. La película está protagonizada por Bruno Zanin, Pupella Maggio y Armando Brescia y fue nominada a tres Oscar. Obtuvo uno, el de mejor película de habla no inglesa.

El conformista (1970)

Bertolucci traslada al metraje la novela de Alberto Moravia que describe todas las contradicciones de un país asolado por el extremismo –y el fascismo— personificado en Marcello Clerici, un respetado profesor que mató en su infancia de un disparo a un adulto homosexual que lo cortejaba. Clerici, tras ser contactado por el servicio secreto italiano, planea asesinar a un antiguo docente aprovechando su visita a París por su luna de miel. Jean-Louis Trintignant, Stefania Sandrelli y Dominique Sanda protagonizan otra de las cumbres de uno de los maestros del cine mundial. Una vez más, con el apoyo de Vittorio Storaro. El conformista fue nominada al Oscar a mejor guion adaptado.

El árbol de los zuecos (1978)

Obra diametralmente opuesta a las anteriores, como el propio cine de Ermanno Olmi. Un trabajo plenamente antropológico, con mirada documentalista, que aborda la cotidianidad de un grupo de campesinos bergamascos en la transición de cambio de siglo. Un filme reposado, amable y lleno de humanidad que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes y que cuenta, que no es poco, con la música de Johann Sebastian Bach como banda sonora.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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