Selección de 5 películas con músicos como protagonistas

Siguiendo con nuestro ciclo “Sundance Loud”, que todos los jueves a partir de las 23:15 llena de música nuestra parrilla, mediante algunas de las películas documentales y de ficción más destacadas en torno a la temática musical, hemos decidido haceros una selección de 5 grandes filmes que cuentan con músicos como protagonistas.

Muerte en Venecia, de Luchino Visconti (1971)

Impecable adaptación de la novela homónima de Thomas Mann, entre algunas de las licencias que el realizador se tomó respecto al original está el cambio de profesión artística de su protagonista, Gustav von Aschenbach (Dick Bogarde), que pasó de ser escritor a músico. Ello se debe en parte porque Visconti quería equiparar al personaje con Gustav Mahler, por su especulada homosexualidad reprimida, y cuya “Sinfonía n.º 5” arropa las exquisitas imágenes del filme para realizar, tanto una reflexión sobre el paso del tiempo y la soledad, como sobre la postura del artista frente a la belleza.

Sonata de otoño, de Ingmar Bergman (1978)

Nuevo retrato de las luces y, sobre todo, de las tinieblas de las relaciones interpersonales del maestro sueco, esta vez se centra en el amor-odio que siente Eva (Liv Ullmann) hacia su madre, Charlotte (Ingrid Bergman), una famosa concertista de piano que las abandonó a ella y a su hermana, gravemente enferma, en beneficio de su carrera artística. Con una sobriedad expositiva que no impide los momentos de desgarro emocional, el duelo interpretativo de ambas actrices resulta memorable.

This is Spinal Tap, de Rob Reiner (1984)

Recordada por ser la película que acuñó el término mockumentary (falso documental), se trata de una comedia que recoge la supuesta gira americana de un grupo de música de heavy metal en horas bajas, Spinal Tap. Con un guion escrito a cuatro manos entre el director y los principales miembros del reparto, es una verdadera fiesta desde su primer minuto en su inclemente parodia de todos los tópicos de un mundo, el de la música rock, donde abunda el ego y escasea el talento. Las carcajadas están aseguradas.

Tres colores: Azul, de Krzysztof Kieślowski (1993)

Premiada en el Festival de Venecia con 7 galardones, entre ellos al de Mejor Película, Director e Interpretación Femenina, la primera parte de la “Trilogía de los Colores” del realizador polaco es una indagación sobre el duelo y la creación, centrada en el estado anímico de Julie (una memorable Juliette Binoche), que ha perdido a su marido y a su hija en un accidente de coche, y que parece salir del pozo en el que se halla a través de su empeño por completar el “Concierto para Europa” que su esposo, compositor como ella, había comenzado. La banda sonora de Zbigniew Preisner y la fotografía de Slawomir Idziak son, sencillamente, magistrales.

A propósito de Llewyn Davis, de Joel y Ethan Coen (2013)

La historia de un músico de folk en el mítico Greenwich Village neoyorquino de los años 60 –el Llewyn Davis (Oscar Isaacs) que da título al filme– es una nueva indagación, entre tierna y cáustica, de estos hermanos del Medio Oeste sobre la integridad artística y el valor de la auténtica libertad, que en este caso en concreto adquiere los tintes de la heroicidad absurda del Sísifo de Albert Camus, con un protagonista eternamente condenado al fracaso por culpa de un destino que nada parece tener de justo.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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