Sundance 90: Top 3

Concluimos este especial que nos ha llevado a los años más importantes en la historia del Festival de Sundance: los 90, punto de inflexión de un evento que vivió una época de calentamiento en los 80, donde se establecieron las bases y los caminos a seguir devenidos explosión una década después gracias a la apuesta por cineastas que revirtieron las reglas narrativas y temáticas. El próximo enero tendremos una entrega del certamen en pleno auge del cine independiente y de bajo presupuesto, copando los proscenios de los principales festivales y entregas de galardones del mundo. Seguramente, los más viejos del lugar (o no tanto) recordarán el impacto de los films que hemos tratados en este serial en Park City. A continuación, les dejamos con el top 3 definitivo. Estas son, a nuestro juicio, cómo no, las tres mejores películas del Sundance Film Festival en la década de los 90:

  1. En la sopa, de Alexandre Rockwell, 1992.

Como bien apuntaba Víctor Blanes en el enfrentamiento «En la sopa vs. Bienvenidos a la casa de muñecas»: «La frescura y el arrojo de Rockwell a la hora de retratar las miserias de unos personajes que parecen soñar con dos imposibles: la felicidad y hacer cine» son las claves de que el magnum opus de Alexandre Rockwell sea ya parte del imaginario del cine indie estadounidense. Esta propuesta, protagonizada por Steve Buscemi, Seymour Cassel, Jennifer Beals y, ojo, Jim Jarmusch, nos cuenta la simpar historia de Adolpho Rollo, un guionista no demasiado prometedor que está enamorado su vecina y sueña con hacer cine pero que ni tan siquiera tiene dinero para pagar el alquiler. Lo único que tiene es un libreto que pone a la venta en las páginas de un periódico local. Todo cambiará cuando, de forma inesperada, aparecerá un comprador, un criminal que quiere ejercer de productor. En la sopa ganó el Premio Especial del Jurado de Sundance 1992.

  1. Slacker, de Richard Linklater, 1991.

¿Qué decir a estas alturas de Linklater? A diferencia de los otros dos protagonistas de este top –Tarantino mal que le pese es parte ya del mainstream y, desgraciadamente Rockwell ha sido defenestrado con la llegada del nuevo milenio—, Linklater ha permanecido en una línea similar de trabajo, compaginando grandes escenarios –Oscars, Berlinale…– con presentaciones en Sundance o el SXSW, eventos que se ajustan a su visión de la ficción. Slacker, nominada a la mejor dirección y ópera prima en los Independent Spirit Awards de 1991, es una obra cuasi experimental en la que asistimos, guiados por el propio Linklater en clave observacional, un recorrido por una galería de personajes variopintos que habitan en las calles de Austin, Texas. Un trabajo mayúsculo que demostraba el inmenso potencial de un cineasta destinado a alcanzar cotas mayores.

  1. Reservoir Dogs, de Quentin Tarantino, 1992.

Clásicos entre los clásicos, Reservoir Dogs no necesita presentación. Para muchos, la gran película de Quentin Tarantino, que nos revela un universo propio que encajó con el ideario de una generación. Tim Roth, Harvey Keitel, Chris Penn, Steve Buscemi, y Michael Madsen protagonizan este thriller de robos que revierte las normas del género gracias a sus diálogos, su excelente banda sonora y una estructura narrativa inédita. Tarantino surgió de la nada y, de forma sorpresiva, se hizo con un hueco en la industria gracias a esta propuesta que rebosa talento. Hoy en día sigue siendo un realizador reputado y esperado. El próximo 2019 estrenará película con Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y Al Pacino, Once upon a time in Hollywood. Hay gente que ya está haciendo cola en los cines.

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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