5 películas sobre sectas que dan escalofríos

Un 26 de marzo de 1997, los miembros de la secta Heaven’s Gate, liderada por Marshall Applewhite, se suicidaba colectivamente con motivo del paso del cometa Hale-Bopp, convencidos de que lo acompañaba una nave espacial que transportaría sus espíritus a bordo para ir a otro planeta. 39 personas murieron aquel día, incluyendo el propio Applewhite, en el que sigue siendo el mayor suicidio colectivo de la historia de Estados Unidos. Que hombres, mujeres y niños cedan de tal modo su voluntad a manos de un líder carismático, hasta el extremo de carecer incluso de instinto de supervivencia, es algo que ha despertado el interés de muchos cineastas. Os dejamos con 5 películas sobre el tema.

La noche del demonio, de Jacques Tourneur (1957)

Empezamos con un clásico del género, a cargo de uno de los grandes del cine independiente de terror. Centrada en la investigación que lleva a cabo John Holden (Dana Andrews) de la misteriosa muerte un amigo suyo, la película parte de una ambientación realista para ir creando paulatinamente una atmósfera sombría y fantasmagórica, de tintes expresionistas, que mantiene a propósito la ambigüedad del relato y culmina en un excelente crescendo dramático.

El club de la lucha, de David Fincher (1999)

Una de las películas más controvertidas de su autor, pero también la que lo afianzó como un director de culto, incide en la alienación y vacuidad de la vida moderna mediante la historia del anónimo protagonista que, arrastrado por el carisma de su mejor amigo, Tyler Durden (Brad Pitt), se convierte sin quererlo en líder de un grupo paramilitar. Con un humorismo negro y gamberro, su estilo elíptico y posmoderno, que juega hábilmente con las expectativas del espectador, contiene uno de los giros argumentales más sorprendentes de la historia del cine.

Martha Marcy May Marlene, de Sean Durkin (2011)

Galardonado a la Mejor Dirección en el Festival de Sundance de 2011, el debut en el largometraje de Durkin es un sutil thriller psicológico, narrado a dos tiempos y focalizado en la atribulada mente de su protagonista, Martha (Elisabeth Olsen), lo que impregna el relato de un tono ambiguo y angustioso. Y es que, pese haber escapado de la influencia del culto y de su líder, Patrick (John Hawkes), Martha arrastra unas graves secuelas psicológicas que dificultarán su reinserción en la sociedad.

The Master, de Paul Thomas Anderson (2012)

Uno de los más grandes directores de nuestro tiempo, experto en retratar aquellos rincones del alma contemporánea que Hollywood se empeña en ignorar, incluso cuando pretende ponerse “profundo”, no podía faltar en su filmografía, plagada de obras maestras, una incursión en el fenómeno, tan americano, de las sectas. Con un poder de fascinación tan críptico como el que poseen los líderes de estos corpúsculos pseudorreligiosos, The Master es una lección de cine que reflexiona sobre la soledad, el fanatismo, la amistad, el valor y la rebeldía.

El infinito, de Justin Benson y Aaron Moorhead (2017)

Y concluimos nuestra selección con una de las películas indies más estimulantes de los últimos años. Los dos máximos responsables del proyecto, encargados respectivamente del guion y de la fotografía, y coprotagonistas del relato, tejen, con una inteligencia y sutileza poco habituales, un filme que se inicia como un drama de tono realista sobre las secuelas que padecen dos hermanos tras haber pasado la infancia en una secta y termina como una indagación en clave sci-fi sobre los límites de lo real.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

Más en el blog: 5 películas que no puedes perderte de directores afroamericanos