África y el cine: un recorrido fílmico

Dentro de la sección «10 joyas premiadas» que se expande durante este mes de junio en SundanceTV, destaca Hotel Rwanda (2004), duro retrato de la realidad del país africano y del genocidio de los tutsis a cargo de los hutus, la etnia dominante. En cierta manera, este es el peaje que tiene pagar el espectador cuando visita África en la ficción; encontrarse de bruces con un presente fílmico que desgraciadamente no se encuentra demasiado lejos de una realidad cruel e inhumana, que Occidente ignora por voluntad e intereses propios. Sea como fuere, África sigue siendo un enigma, y por tanto su magnetismo sigue inalterable ficción mediante. A continuación, les proponemos una serie de filmes que visitan el continente con diferentes tratamientos. Apunten.

Timbuktú, 2014, Mali

Magnífico filme de Abderrahmane Sissako, uno de los mejores de la sección oficial del Cannes de 2014. Un trabajo que narra las duras condiciones para la sociedad rasa de Mali en tiempos del extremismo religioso y la contrarrevolución proveniente de Occidente. Sissako lo retrata con maestría, centrándose en la figura de Kidane, un hombre que vive en las dunas con su familia, lejos de la capital. Tras un desgraciado incidente, Kidane sufrirá de primera mano en lo que se ha convertido su país.

Los demonios de la noche, 1996, Kenia

Trabajo que se haya, a niveles formal y presupuestario, muy lejos del anterior. Estamos ante una cinta de aventuras clásicas que fue todo un éxito de público a mediados de los 90. A través de este largometraje dirigido por Stephen Hopkins y protagonizado por unos sensacionales Val Kilmer y Michael Douglas –sin quitarse el traje de Jack C. Colton—, conocemos un hecho real que ha formado parte de las leyendas africanas: la de los leones comehombres de Tsavo, Kenia. Una pareja de grandes felinos que devoraron a cerca de veinte personas que trabajaban en la construcción de la línea ferroviaria entre Kenia y Uganda a principios del siglo XX.

Tsotsi, 2005, Sudáfrica

Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 2006. La tercera película del cineasta sudafricano Gavin Hood captura la realidad del extrarradio de Johannesburgo. Todo desde la mirada de un joven al que llaman Tsotsi, que en el argot callejero significa gánster. Un chico hecho a sí mismo, privado de cualquier humanidad por una sociedad que lo marginó desde su nacimiento. Una cinta dura, seca pero también honesta y, por momentos, brillante.

El último rey de Escocia, 2006, Uganda

Siguiendo con los premios de la Academia, Forest Whitaker consiguió la estatuilla por su soberbia caracterización de Idi Amin, uno de los muchos dictadores que surgieron en el continente en el siglo XX, este concretamente en Uganda. Un personaje tan estrafalario como cruel, que destrozó a la sociedad de un país cuya existencia, ya de por sí, era bastante precaria. Conoceremos su historia a partir de su médico personal, encarnado por James McAvoy. La dirigió el siempre solvente Kevin Macdonald.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

Más en el blog: La política en el cine: sus mejores películas