Celebramos el cumpleaños de David Fincher

Un 28 de agosto de 1962 nacía David Fincher, un realizador que se inició en el arte de la dirección desde el ámbito de la publicidad y los videoclips. Su primera oportunidad para la gran pantalla le vino cuando se le asignó la responsabilidad de llevar a cabo una nueva secuela del clásico de Ridley Scott, Alien3 (1992). Y lo cierto es que los resultados fueron tan mediocres que hicieron augurar lo peor a la recién estrenada carrera como director de cine de Fincher. Afortunadamente, sus siguientes películas afianzaron una trayectoria que, aunque no exenta de tropiezos, prueba su indiscutible talento tras las cámaras. Desde SundanceTV celebramos su cumpleaños con algunas de sus mejores obras.

Seven (1995)

Seguramente, sin el éxito de El silencio de los corderos (1991) y la consiguiente proliferación de thrillers sobre psicópatas, esta cinta no existiría. Y, de hecho, su guion está plagado de tópicos. Sin embargo, si por algo destaca Seven, hasta el punto de haberla convertido en una película de culto, es por la increíble creación de atmósfera que propician todas las instancias del discurso –la inquietante música de Howard Shore, la oscura fotografía de Darius Khondji, la oprimente puesta en escena de Gary Wissner…– bajo la precisa batuta de Fincher, que le imprimió el tono desesperanzado y siniestro que la historia exigía.

El club de la lucha (1999)

Película muy polémica cuando se estrenó, y que hoy, en la América post 11S, sería irrealizable, dividió a la crítica y a la audiencia entre fans acérrimos y detractores a muerte. Algo debe de tener un filme que despierta tantas pasiones y del que Chuck Palahniuk, autor de la novela que adapta, declaró que era mejor que su propio libro: ahí es nada. Ingeniosa, crítica, metarreferencial, barroca y gamberra, indaga en clave posmoderna sobre los males de la sociedad occidental contemporánea, y cuenta con unos de los giros narrativos más provocadores de la historia del cine.

Zodiac (2007)

Tras La habitación del pánico (2002), Fincher llevó a cabo la que sigue siendo su mejor película; reconstrucción de la investigación de dos periodistas (interpretados por Robert Downey Jr. y Jake Gyllenhaal) y de un detective de policía (Mark Ruffalo) sobre uno de los casos más famosos de asesinatos en serie de Estados Unidos, su intriga pausada y comedida, de exquisita factura visual, preludia un clímax que nunca se produce. Y ello es así porque la historia del denominado “Asesino del Zodiaco” sirve a su autor para trazar una sutilísima reflexión acerca de la esquiva naturaleza de lo verdadero y lo real.

El curioso caso de Benjamin Button (2008)

Adaptación de un cuento de Scott Fitzgerald, la película de Fincher prácticamente se limita a emplear su línea argumental fantástica sobre un bebé que nace viejo y que se “hace mayor” rejuveneciendo, así como su temática –la inevitabilidad del paso del tiempo y, por tanto, de la muerte– para, a partir de ahí, ampliar semejante planteamiento con una historia de amor delicada y emotiva, que nos hace recordar la necesidad de aferrarnos a las cosas realmente importantes de la vida.

La red social (2010)

La escena de apertura de la película, de una sutileza y sobriedad raramente vistas en pantalla, ya preludia lo que será el desarrollo posterior del filme. Es precisamente por esa capacidad de sintetizar y sugerir grandes temas vitales, sociales y hasta filosóficos que estamos ante una obra que, bajo su anecdótica trama –¿Resulta tan interesante saber cómo se hizo de oro Mark Zuckerberg?–, construye un dinámico y apasionante fresco sobre el mundo de nuestros días, definido por la global exposición y retroalimentación de imágenes y pantallas, en donde las relaciones interpersonales han dado un giro de 180º.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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