El 25 de julio de 2003 fallecía John Schlesinger, uno de los directores devenido autor con más personalidad del cine estadounidense de los años 70. Su enorme éxito con Cowboy de medianoche, y la enorme carga polémica que generó, le acompañaron durante gran parte de su carrera. Pese a que nunca conseguiría el impacto crítico y popular del filme protagonizado por John Voigt y Dustin Hoffman, facturó una carrera notable, con varios títulos de excelente nivel. El primer largometraje de este cineasta adicto al trabajo y bastante cercano a los intérpretes fue Esa clase de amor (1962), donde dirigía a Alan Bates. Su última propuesta para la gran pantalla fue Algo casi perfecto (2000), junto a Madonna y Rupert Everett. Una obra que, una vez más, se estrenó con polémica y unas críticas atroces. Un cierre gris para una carrera, no obstante, brillante. A continuación, y para celebrar su legado, elegimos los cinco títulos clave para conocer el cine de este director británico.
Billy, el embustero (1963)
Tom Courtenay, Wilfred Pickles y Mona Washbourne son los intérpretes principales de este trabajo que compitió por el León de Oro de la Mostra de Venecia y que posteriormente obtuvo seis nominaciones a los premios BAFTA. La película narra las aspiraciones de un provinciano, Billy, que anhela trabajar como guionista para uno de los grandes comediantes del país. Unos deseos que contrastan con una vida personal errática y llena de fracasos. El gran Tom Courtenay está increíble en una de las mejores interpretaciones de su carrera.
Lejos del mundanal ruido (1967)
Traslación de la prosa de Thomas Hardy que, recientemente, tuvo su versión contemporánea firmada por Thomas Vinterberg (con Carey Mulligan en el papel principal). Julie Christie, Terence Stamp, Peter Finch y Alan Bates son los protagonistas de este drama romántico de época situado cronológicamente en el siglo XIX. El filme aborda la disyuntiva de Bathsheba Everdene, una hermosa mujer que regenta una granja y que debe elegir entre tres pretendientes. Fue nominada al Globo de Oro a mejor película dramática.
Cowboy de medianoche (1969)
Como subrayábamos al comienzo, la obra clave en la filmografía de Schlesinger, y uno de los trabajos fundamentales de los 70. La cámara acompaña a Joe Buck, un ingenuo cowboy que viaja desde su pueblo natal a Nueva York, en busca de una nueva vida. Allí, para sobrevivir, tendrá que ganarse la vida como gigoló, seduciendo a mujeres de edad avanzada. Un mundo ideal para él a priori que pronto se revelará como cruel e insostenible. Más aún cuando aparezca la figura de «Ratso» Rizzo, un caradura que intentará sacar provecho de la candidez del joven. Una cinta nominada a siete Oscar; consiguió tres: mejor película, mejor dirección y mejor guion adaptado. La cumbre de Schlesinger.
Domingo, maldito domingo (1971)
Su segunda mejor película. Un inspirado drama romántico, que introduce el tema de la homosexualidad con una delicadeza impropia de la década. Narra la historia de amor a tres bandas entre Alex Greville (Glenda Jackson), una mujer de mediana edad, el doctor Daniel Hirsh (Peter Finch) y el joven científico Elkin (Murray Head). Los dos primeros desean al tercero, y lucharán por su amor de cualquier forma posible. La película fue candidata a cuatro Oscar: mejor dirección, mejor actor principal, mejor actriz principal y mejor guion adaptado.
Marathon man (1976)
Thriller de pasillos narrativos laberínticos encabezado por unos excelsos Dustin Hoffman –candidato al Oscar— y Laurence Olivier. Un filme que impactó al público en su estreno pero que con el paso de los años ha ido ocupando un lugar menor dentro del cine de la época. Pese a ello, es un entretenimiento bastante digno, articulado sobre varias capas que llevarán al espectador por un universo donde se funde lo real con lo pesadillesco. Todo comienza con lo que parece un encuentro casual de un estudiante universitario que pasa su tiempo libre como runner con una misteriosa mujer con la que iniciará una relación amorosa.
Park City, Utah.
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