Especial Mostra: los mejores Leones de Oro de la historia

Es difícil encontrar la normalidad entre tanto número negativo. Pese a ello, el circuito de festivales se ha desperezado buscando lo más parecido a la realidad de hace dos años. Ya la Mostra de Venecia se celebró el año pasado, con las consiguientes medidas sanitarias –muy al estilo mediterráneo, todo sea dicho, en comparación con Cannes, por ejemplo—, antesala de la enésima bajada de telón en el mundo occidental –algo que, nos tememos, seguirá durante bastante tiempo—. En esa ventana que concedió la pandemia, por tanto, emergió Venecia con su programa de lujo. Y este curso no será menos.

Ya tocará en los próximos días hablar de las citas ineludibles de la próxima edición del certamen del Véneto. Mientras llega ese momento, en SundanceTV España comienza un ciclo especial dedicado al certamen transalpino, con la emisión de títulos que pasaron en las dos últimas décadas por el Lido. Un ciclo que contará con nuestro respaldo en forma de artículos. De esta manera, comenzamos este dosier con una selección de los mejores filmes que consiguieron el León de Oro, el galardón más preciado de la Bienal.

Elegir solo cuatro títulos es una labor compleja ya que el palmarés de la Mostra está repleto de obras maestras: Hamlet (Olivier), Juegos prohibidos (Clement), El general de la Rovere (Rossellini), El desierto rojo (Antonioni), La batalla de Argel (Pontecorvo), Adiós, muchachos (Malle), Gloria (Cassavetes) o Brokeback Mountain (Lee), por citar algunos preciados ejemplos. Aun así, nos arriesgamos y les invitamos a perderse en las narrativas de esto cuatro filmes:

Rashomon, Akira Kurosawa, 1951

En el artículo de José Luis Forte sobre Las 10 mejores películas de Akira Kurosawa aparecía esto: «Quizá la película donde la maestría técnica de Akira Kurosawa se despliegue en su abanico más deslumbrante sea esta, la genial Rashomon». Para muchos, es la gran película del director japonés, que significó el primer triunfo nipón de tres en setenta y siete años de historia del festival –Inagaki y Kitano completan esta terna de vencedores en la Mostra.

La palabra (Ordet), Carl Theodor Dreyer, 1955

Y siguiendo con citas. Esta es la de nuestro compañero Miguel Muñoz Garnica a propósito de una de las grandes películas de la historia: «El milagro de Ordet, al fin y al cabo, es paradójico. Su naturaleza es trascendental, pero se conjura por un deseo de permanencia terrenal». Dos frases que resumen el alma de la obra maestra del danés Carl Theodor Dreyer. Es el único León de Oro «danés» de la historia. Y menudo León, historia viva del cine.

La infancia de Iván, Andréi Tarkovski, 1962

Cualquier película de Tarkovski pudiera ser considerada una obra maestra. Estamos, como Kubrick, Hitchcock, Ford, King… ante uno de los grandes directores de todos los tiempos. Su historial en Venecia lo encabeza esta maravillosa fábula iniciática repleta de imágenes que se quedan grabadas en la memoria. Este León de Oro fue el único gran premio a nivel internacional del director de Zavraje. Algo que habla de la competencia en su época y también del poder críptico de sus imágenes, que no encontraron fácil acomodo entre el público.

Azul, Krzysztof Kieślowski, 1993

Nos quedamos para finalizar con la magnífica película de Kieślowski, protagonizada por una no menos soberbia Juliette Binoche. Primer segmento de la trilogía Tres colores, una de las sagas más hermosas y líricas del cine europeo. En Venecia, el filme del polaco no solo obtuvo el máximo galardón, también la Coppa Volpi a la mejor interpretación femenina para la actriz gala y el premio a la mejor fotografía. Las siguientes partes tuvieron su premiere en Cannes (Rojo) y Berlín (Blanco).

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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