El 20 de septiembre se estrena en España Ad Astra (2019), primera incursión de su autor en el género de la ciencia-ficción, que ha obtenido unas excelentes críticas a su paso por el Festival de Venecia. Quizás no sabes que James Gray es uno de los mejores directores americanos de su generación, a la altura de nombres como Paul Thomas Anderson o Quentin Tarantino, aunque una carrera menos dilatada y un perfil más discreto no hayan dado tanta fama a su obra. Por eso, desde SundanceTV queremos darle la proyección que se merece con un compendio de sus mejores películas.
Cuestión de sangre (1994)
Ópera prima del autor, con tan solo 24 años le granjeó el León de Plata al mejor director en Venecia: ahí es nada. Thriller con ecos de tragedia shakesperiana, centrado en una atribulada familia de judíos de origen ruso en Brooklyn, estamos ante la primera muestra de su gusto por retratar el alma americana a través de las distintas criaturas que habitan Nueva York, además de esbozar un estilo sutil y conciso –que pronto abrazaría el elemento simbólico–, asentado en guiones de una extraordinaria solidez.
La noche es nuestra (2007)
Nuevamente, el realizador redunda en las claves temáticas de su filme de debut –familia escindida, entorno hostil, omnipresencia de la violencia y el crimen…–, pero llevando a cabo una depuración de su estilo visual, ya comenzada en La otra cara del crimen (2000). Historia de culpa y redención, Gray analiza los mecanismos de presión social e imprime ligerísimas notas de humor negro a una trama, por lo demás, nada graciosa. Destaca la interpretación de Joaquin Phoenix, en la segunda de sus colaboraciones con el director, como autoindulgente dueño de un nightclub y, por ello, oveja negra de una saga familiar de policías.
Two Lovers (2008)
Pero si de amargo humorismo se trata, es en esta obra donde más aparece, puesto que estamos ante un triángulo amoroso cuyo vértice central es el patético Leonard (un prodigioso Joaquin Phoenix). Aunque, sobre el papel, su argumento bien podría corresponder al de una comedia romántica de lo más banal, la sutileza de sus diálogos, el retrato del entorno social y familiar como instrumento de corrección normativa y la fragilidad afectiva y psicológica de los tres protagonistas hacen de este filme uno de los más lacerantes y violentos –emocionalmente hablando– de la pasada década.
El sueño de Ellis (2013)
Particular homenaje de Gray a los melodramas del cine mudo y a la novela decimonónica, narra la historia de Ewa (Marion Cotillard), inmigrante polaca en los años 20, cuyos sueños de prosperar en Estados Unidos serán pronto aniquilados, al caer en las garras de Bruno (Joaquin Phoenix), un buscavidas que se aprovechará de su belleza e ingenuidad para medrar. De exquisita factura visual, que recuerda a grandes epopeyas americanas como El Padrino o Érase una vez en América, cuenta con un sorpresivo giro argumental que, si no te emociona, es que algo anda mal en tu corazón.
Z, la ciudad perdida (2016)
Primera película de Gray que no transcurre en Nueva York, se centra en la figura real de Percy Fawcett (Charlie Hunnam), uno de los últimos exploradores de la historia, quien, durante varias décadas, se obsesionó por encontrar una mítica ciudad en el corazón de la selva amazónica, y acabó pagando un alto precio por ello. Relato de aventuras pasado por el tamiz de la posmodernidad, estamos ante un filme bello e inquietante, que flirtea con lo fantástico y sumerge al espectador en un ambiente onírico y ambiguo.
Park City, Utah.
