Gaspard Ulliel: sus películas clave

Por increíble que parezca, Gaspard Ulliel no lo tuvo fácil a la hora de hacerse un hueco dentro del cine francés. Tras su estelar aparición en Largo domingo de noviazgo, que nos descubrió a otra actriz inmensa: Marion Cotillard, se convirtió en un recurso recurrente en el melodrama galo. Sin embargo, las críticas a su trabajo no fueron las mejores, ya que siempre encarnaba a clásicos galanes de físico rotundo pero sin demasiada entidad. Por entonces, teníamos a Ulliel hasta en la sopa, ya que era imagen de varias compañías de moda y perfumes. Su apariencia física le abrió de inicio las puertas del mundo de la alta costura y tras ello, mientras daba sus primeros pasos en la ficción, su rostro aparecía en numerosas marquesinas. Era el tipo de moda, era el chico guapo que salía en pantalla, pero, ¿era realmente un actor? Por suerte el tiempo borró esa incógnita.

A medida que Ulliel elegía mejor sus papeles, con roles más ambiguos y oscuros, su valoración fue en aumento, hasta convertirse en uno de actores más reclamados por los grandes autores francófonos. Veinte años más tarde, Ulliel continuaba siendo un hombre muy atractivo pero también un actor que le saca partido a cualquier personaje, a cualquier película, por muy modesta que esta sea –véase Eva de Benoit Jacquot. Dentro de su filmografía hay un momento memorable en el filme El reflejo de Sibyl, que parece hablar de toda su trayectoria de forma sibilina.

Sea como fuera, Ulliel quedará en la historia cinematográfica como un gran actor. Si desean descubrirlo, a continuación les presentamos cuatro filmes indispensables en su carrera:

Saint Laurent, 2014

Es sin lugar a dudas la película que marcó su trayectoria, que lo convirtió en una estrella en el circuito de festivales y rompió el estereotipo de que solo era belleza –no una cualquiera, eso sí. Su encarnación del mito de la moda en este magnífico filme de Bertrand Bonello le procuró una nominación a los César –ya lo había ganado por Largo domingo de noviazgo y lo hizo posteriormente por Solo el fin del mundo— y el aplauso generalizado ante un rol complejo, lleno de matices y recovecos. Ulliel demostró su capacidad para enfundarse el traje de oscuridad que tejió una de las figuras más relevantes del mundo de la alta costura.

Solo el fin del mundo, 2016

Fanático de manual, Xavier Dolan contaba las horas para poder colaborar con Ulliel en uno de sus filmes –el otro referente, Leo DiCaprio, parece un asunto más complejo—. Y en Solo el fin del mundo lo consiguió, aunque, eso sí, el resultado final no siguió la senda de éxito de su anterior filme, Mommy (2014). En este trabajo Ulliel da vida a un joven escritor que vuelve a su hogar natal para dar una noticia a su disfuncional familia. Una labor nada sencilla, ya que hay numerosas rencillas por parte de ambas partes en el aire. Pese a que es calificado como filme menor en la filmografía de Dolan, es un largo estupendo, donde Ulliel demuestra su solvencia en un papel complejo.

Los confines del mundo, 2018

Otro filme que mereció una mejor acogida. De hecho, no se estrenó en los circuitos comerciales de nuestro país. Un trabajo que recoge el espíritu de Indochina (1992) para contarnos la estancia en tierras asiáticas de un soldado que ansía la venganza tras ser el único superviviente de un ataque en una selva indochina por parte de la milicia local. Dirigida por Guillaume Nicloux, el filme dibuja una relación a tres bandas que nos dirige a un final inimaginable, en el que somos conscientes del verdadero valor de este trabajo que pasó sin pena ni gloria por la Quincena de Realizadores de Cannes en su año.

El reflejo de Sibyl, 2019

Ya la mencionábamos en el primer párrafo. En esta cinta de Justine Triet, Ulliel caracteriza a un actor mujeriego que se verá situado entre la relación laboral y personal de dos mujeres: su novia, con la que compartirá reparto en un filme; y la psicoanalista de esta. Aunque porta todos los tópicos de dramedia sobre la emancipación femenina –con concierto etílico incluido— El reflejo de Sibyl es una más que digna película. Que porta una escena hilarante en la que la directora –la también magnífica Sandra Hüller— hace repetir una escena de un guantazo hasta el infinito. Quizás, al bueno de Ulliel le tocó vivir esto en la primera década de su carrera.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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