Itinerario para un viaje fílmico por Italia

No lo pueden negar. Hay ganas de viajar. Tras un año y medio de confinamientos y malísimas noticias –que esperamos que terminen de una vez—, deseamos llenar nuestra maleta, preparar nuestra cámara de fotos, desconectar el móvil y, por fin, visitar aquellos lugares que han formado parte de nuestro día a día en la pandemia, ya sea a través de revistas, de libros, de series y de, por supuesto, películas. Este es el leitmotiv del nuevo ciclo de SundanceTV, visitar diferentes partes del mundo a través del cine. Como saben, la ficción se ha convertido en un recurso más de las teleoperadoras para promocionar sus paquetes vacacionales. Desde su canal de cabecera, hemos decidido ayudarles un poco con ello.

Comenzamos con uno de los destinos estrella. No solo de los turistas, sino también de los realizadores y productores. Italia se ha erigido por derecho propio en uno de los escenarios habituales del séptimo arte. Primero, como background inherente al neorrealismo; más tarde como recoveco del thriller criminal –ay, la mafia—; y, hoy en día, es una visita recurrente para todo tipo de géneros, gracias a la idiosincrasia nativa y, cómo no, a su patrimonio urbanístico y natural –véase el cine de Luca Guadanino o Paolo Sorrentino.

Por Roma (La gran belleza)

De los miles de veces que la ficción ha visitado la capital italiana nos quedamos con la visión de Paolo Sorrentino en La gran belleza. Es cierto que nos valdría cualquiera de sus producciones, esencialmente la serie The Young Pope, pero su penúltimo largo hasta la fecha captura la magia y a la vez la decadencia de una urbe de enorme significancia en el legado cultural de todos los tiempos. Junto al gran Jep Gambardella, ese hombre capaz de tumbar cualquier fiesta, visitamos algunos de los enclaves romanos por excelencia y, ante todo, lo hacemos desde la nocturnidad, la franja horaria perfecta para disfrutar de Roma.

Por Milán (Yo soy el amor)

Elegante, fastuosa, brillante. Se nos terminan los calificativos para una de las mejores películas de Luca Guadanigno, interpretada por una no menos maravillosa Tilda Swinton. Ella es el eje de este recorrido por la capital burguesa italiana, el epicentro de Lombardía. Hablamos de la oscura pero a la vez hipnótica Milán. Guadagnino recorre las calles milanesas dando anatomía a una narrativa de la que emerge una enorme melancolía. No hay mejor lugar para enamorarse; también para sufrir el desamor.

Por Venecia (The Tourist)

Es probable que el filme de Florian Henckel von Donnersmarck no pase a la historia del género pero, al menos, tiene un escenario de auténtico lujo. No hay una ciudad ni remotamente parecida a Venecia en el mundo. Un lugar maravilloso con un estilo de vida inigualable. Entre canales y vaporettos, se desarrolla esta escueta historia protagonizada por Angelina Jolie y Johnny Depp que tuvo su relevancia en los Globos de Oro pero que se llevó un enorme varapalo crítico.

Por Florencia (Hannibal)

Al igual que la anterior, y más allá del magnetismo inherente de un personaje como Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), tampoco pasará a la historia esta segunda parte de El silencio de los corderos que firmó un director que defendemos a ultranza: Ridley Scott. Florencia es el escenario principal de una cinta que logra explotar el potencial de su rol principal pero que no logra darle el empaque narrativo suficiente para superar la mera anécdota. Como ocurre con la Roma de Sorrentino, las visitas nocturnas a la capital de la Toscana son de una belleza descomunal.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

Más en el blog: Los sábados de julio y agosto viaja con SundanceTV