Las joyas ocultas de Sundance: las grandes películas de la sección NEXT

La línea programática de los grandes festivales del mundo es cada vez más difusa, confluyendo en éstos trabajos que cubren todas las cuotas y espectros posibles. Sin embargo, siempre queda el último reducto, ese oasis que conserva la esencia primigenia del certamen, un lugar donde habitan los «porqués», las bases, en definitiva. En Berlín existen la sección «Fórum», en Cannes «Un Certain Regard», en San Sebastián «Nuevos Directores» y en Karlovy Vary «East of the West». El Sundance Spirit tiene un espacio predilecto en Park City, y ese es la sección NEXT, apartado no-competitivo –solo tiene un premio del público— en el que fluyen los proyectos más modestos y, a la vez, más valientes. A continuación, nos mojamos por completo y les proponemos las cinco mejores películas que vieron la luz en el sótano de Sundance.

Columbus (2017), de Kogonada

No nos cansaremos de hablar en esta publicación del debut de Kogonada, para los directores de El antepenúltimo mohicano, Emilio M. Luna y Miguel Muñoz, una de las películas más interesantes de lo que llevamos de siglo XXI. Un breve encuentro en una de cunas del posmodernismo arquitectónico en el que se plantean preguntas sobre la identidad y las expectativas que asolan a un traductor de coreano y una joven bibliotecaria. Un filme honesto y emocionante que no deja de crecer en nuestra memoria. Deseando estamos de ver After Yang, la segunda película de este amante de Ozu.

James White (2015), de Josh Mond

A propósito del retorno de Sean Durkin, hablábamos del tercer integrante de Borderline Films, Josh Mond, guionista, productor y director de la sensacional James White, un descenso a los infiernos de un joven inmerso en una espiral de drogas y violencia como respuesta a un presente lleno de dolor debido al cáncer terminal que sufre su madre. El filme nos descubre a Christopher Abbott, un actor de raza capaz de noquearnos con una sola mirada. James White, tras su paso por NEXT –donde ganó el premio del público— compitió en la sección oficial del elitista Festival de Locarno, todo un hito.

The Eyes of my Mother (2016), de Nicolas Pesce

Hay hueco para el terror en Sundance y uno de sus cúlmenes en el último lustro es la ópera prima de Nicolas Pesce, un tenebroso ejercicio de estilo sobre el que es obligatorio lanzarse sin red –ni nada de información que se precie. Pesce ahora está de actualidad con el estreno de la revisitación de La maldición, un clásico del J-Horror dirigido por un Takashi Shimizu que se autoversionó en la traslación de su historia a territorio estadounidense con Sarah Michelle Gellar como reclamo.

Appropriate Behavior (2014), de Desirée Akhavan

La creencia de que Desirée Akhavan iba a ser uno de los baluartes del cine independiente se acuñó en la edición 2014 de NEXT. Cuatro años más tarde la joven realizadora iraní-estadounidense consiguió el máximo galardón, el Gran Premio del Jurado, con La (des)educación de Cameron Post. Hablamos de cine con nervio, liberado de estridencias y profundamente comprometido. Appropriate Behavior nos acerca el drama de una joven bisexual persa que le oculta su condición a su familia en el corazón de Brooklyn.

I Used to be Darker (2013), de Matt Porterfield

Sollers Point, la cuarta película de Matt Porterfield, compitió por la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 2017. Primer logro fuera de las fronteras estadounidenses para una de las eternas promesas del indie. Promesa instaurada tras la exhibición en Sundance de I Used to be Darker, un filme turbio que ahonda en los traumas de una familia al borde del colapso. La coprotagoniza la siempre notable Hannah Gross (The Mountain, la serie Mindhunter).

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

Más en el blog: ¿Qué tiene que tener una película para ganar en Sundance?