Las mejores películas de James McAvoy

Pese a haber sido nominado al Globo de Oro, al BAFTA y al European Film Award (dos veces), James McAvoy siempre ha permanecido en un segundo plano mediático. Opción B para los grandes estudios, McAvoy ha aprovechado cada oportunidad, tanto en el circuito independiente como en grandes producciones, para dar muestras de su enorme talento.

Tras pequeños papeles en televisión y cine, el intérprete escocés conquistó a la audiencia con su rol de Steve McBride en la versión británica de Shameless (2004-2005). Fue con su aparición, como el minotauro Tumnus, en la primera entrega de Las crónicas de Narnia la que le catapultó a un inicio de carrera fulgurante con tres filmes que lo auparon como uno los nombres del momento: El último rey de Escocia (2006), La joven Jane Austen (2007) y, ante todo, Expiación (2007).  En esta última, protagoniza uno de los mejores planos-secuencia exhibidos en el nuevo milenio.

A continuación, y coincidiendo con el aniversario de su nacimiento, elegimos sus mejores filmes:

El último rey de Escocia (2006

No fue sencillo su papel como médico personal del dictador Idi Amin. Básicamente porque tenía que compartir plano con un titán en estado de gracia como Forest Whitaker, que consiguió el Oscar a la mejor interpretación por dar vida al cruel gobernante ugandés. El filme de Kevin McDonald le concedió la posibilidad de aspirar a grandes papeles en Hollywood. Una oportunidad que no dudó en aprovechar un McAvoy por aquel entonces con 27 años.

Expiación (2007)

Es el mejor largometraje en el que ha participado y el que le procuró presencia en la temporada de premios con las mencionadas candidaturas a los Globos, BAFTA y Premios del Cine Europeo. En la película de Joe Wright es la tercera parte de un trío amoroso que se formará en los albores de la II Guerra Mundial y que tendrá su continuación durante esta. Una obra sensacional por la que McAvoy se convirtió en una de las personalidades del 2007.

Filth, el sucio (2013)

Acostumbrada la audiencia a sus caracterizaciones de chico bueno, en esta cinta de John S. Baird, que bebe del cine de Guy Ritchie, McAvoy adopta el papel de un detective misántropo y adicto a las drogas y el sexo que rompía con esa imagen virginal que había construido en los primeros años. Esta comedia negra pasó bastante desapercibida más allá de las fronteras británicas pero remarcaba la versatilidad de un actor que aún tendría mucho que decir en el cine de género.

La desaparición de Eleanor Rigby (2014)

De vuelta a su imagen de galán vulnerable. En este caso, en este tríptico gestado por Ned Benson que narra las tres perspectivas de la ruptura de una joven pareja neoyorquina –formada por Jessica Chastain y el propio McAvoy. El filme fue presentado en Un Certain Regard del Festival de Cannes y, pese a que no consiguió el impacto mediático esperado, es uno los trabajos más interesantes del neorromanticismo del siglo XXI. La escena final, en los tres segmentos, es maravillosa.

Múltiple (2016)

Si antes hablábamos de que Expiación es la mejor película en la que ha formado parte, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que su labor en Múltiple es su mejor interpretación. En la excelente obra de M. Night Shyamalan encarna a un psicópata con veintitrés personalidades diferentes que secuestra a tres jóvenes y las encierra en un sótano. De entre todas, ¿con cuál nos quedamos? Por supuesto con la de Hedwig, la ternura personificada.

 

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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