Las mejores películas de Jonás Trueba

Para esta cabecera, Jonás Trueba es algo más que un referente. Su cine, completamente fuera de corriente, casi anacrónico, nos traslada a tiempos pretéritos, concretamente a la propuesta de la Nouvelle vague. Cada trabajo, en el que visitamos los recovecos del Madrid popular, es una carta de amor a las relaciones, al romance, al misterio y, cómo no, a la música. Es por ello que el año pasado nos alegramos cuando la revista francesa Cahiers du Cinèma eligió su ya penúltimo filme, La virgen de agosto, entre las mejores diez mejores películas del 2020. Fue algo más que un guiño, la constatación de que estamos ante un autor de primera magnitud.

Su último trabajo, Quién lo impide, presentado en la pasada edición del Festival de San Sebastián; una docuficción de más de tres horas de duración, remarca dicha consolidación. La propuesta autoral española necesita de directores con esta personalidad para equiparse a otras ficciones del viejo continente. Hay vida más allá de Almodóvar, y realizadores como Serra, Laxe, Rosales y Trueba han demostrado que son capaces de romper ese corsé localista que siempre ha caracterizado nuestro cine.

Quién lo impide se estrenará el próximo 22 de octubre en salas gracias a Atalante Cinema. Aprovechando esa muesca en la agenda, elegimos las mejores películas de Jonás Trueba.

LOS ILUSOS, 2013

No teníamos muy claro con qué película empezar este listado. La ópera prima de Trueba, Todas las canciones hablan de mí, es un debut excelente, basamento de su excelente obra posterior. Los ilusos supone un refinamiento del discurso, desde el que, a través de sus protagonistas –habituales en el cine de Trueba—, recorremos la capital de España en esta historia de encuentros y reencuentros –también con cariz autoemocional-identitario. Es la única película de Trueba rodada en blanco y negro, una elección estética que encaja a la perfección con el relato.

LOS EXILIADOS ROMÁNTICOS, 2015

Quizá su largo más desconocido, ya que pasó desapercibido tras su presentación en el Festival de Málaga. Vito Sanz, Francesco Carril y Luis E. Parés dan vida a tres amigos que emprenden un viaje en busca de amores efímeros. Un romance, por otro lado, clave en la filmografía del cineasta madrileño, en el que los seres de su universo anhelan, por encima de cualquier cosa, el volver a ese amor perdido. Los exiliados románticos son 70 minutos de sensibilidad fílmica que nos harán recordar, no solo vivencias propias, sino también el cine que nos importa.

LA RECONQUISTA, 2016

Es sin duda su mejor película. Mereció la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 2016 y también un mejor recorrido comercial. Un filme que, como los anteriores, busca revivir un amor pretérito, a la vez que se intenta mantener la llama de otro hasta entonces perenne. Las contradicciones del ser humano bajo los acordes del añorado Rafael Berrio. Si en algún momento de su vida han dejado de amar Madrid, esta es su película.

LA VIRGEN DE AGOSTO, 2019

Es su propuesta más modesta pero, a la vez, la de mayor calado emocional. Se presentó en la competición del Festival de Karlovy Vary, un arranque inusual en nuestros días que subraya el carácter outsider de Trueba y de su productora Los ilusos films. La cinta retrata la vuelta a la capital de una joven que deambula por el centro madrileño buscando respuestas a una serie de preguntas que la agobian. Una vez más, personajes a la deriva –¿qué treintañero se libra de ella?— y una emoción contenida que nos recuerda al cine de un gigante: Éric Rohmer.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

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