¿Quién diablos es Darren Aronofsky?

Pi, fe en el caos (1998), fue una de las apariciones fílmicas más demoledoras en el epílogo de la anterior centuria. Una cinta que ofrece otra dimensión del calificativo “críptico” y que tiene como efecto inmediato consultar cualquier tipo de fuente para preguntarse qué ha visto. Tras la búsqueda pertinente, a uno no le queda más que preguntarse quién diablos es Darren Aronofsky y el porqué de ese tipo de propuesta narrativa. No se preocupen, no vamos a desgranar la vida de este aún joven cineasta intentando hallar una justificación. Ya le avisamos de antemano que la respuesta tampoco la encontrarán en su filmografía posterior. Desde Pi, fe en el caos, el cine de Aronofsky no solo ha alcanzado mayor notoriedad, sino también se ha convertido en uno de los representantes del cine estadounidense dentro del siempre esquemático panorama del cine europeo, siendo considerado un auteur por encima de un realizador. Una definición que a los detractores de Noé (2014), su única incursión dentro de esa selva inhóspita llamada Grandes Estudios—, no les hará demasiada gracia, pero que encaja de lleno en el universo y la narrativa de este director nacido en Nueva York hace 48 años.

Considerado la cara b de Christopher Nolan, cercanos en edad y en cronología de hitos madurativos, el cine de Darren Aronofsky es toda una aventura a los límites de la razón, donde convergen cordura y locura. Siempre con una serie de personajes al borde del precipicio, cerca del último estallido que termine o limite su existencia. ¿Quién puede olvidar el final de Réquiem por un sueño (2000)? O ¿La transformación del cisne en el Cisne negro (2010)? Sendos filmes son los mayores éxitos mediáticos de su carrera, pero fue El luchador (The Wrestler), con la que ganó el León de Oro de la Mostra de Venecia en 2008 y le procuró unas nominaciones al Óscar a Mickey Rourke y a Marisa Tomei, con la que se ganó el favor de la siempre exigente prensa estadounidense. Una prensa que fue durísima en su momento con la que es, a nuestro juicio, su mejor película: La fuente de la vida (2006), fábula existencialista dominada por unos sensacionales Hugh Jackman y Rachel Weisz que nos trasladaba a tres historias ambientadas en diferentes presentes cronológicos para hablarnos sobre la vida y la muerte, sobre la pérdida y el duelo como parte de una lucha sinónima de la propia existencia. Tras el mentado descanso autoral que supuso Noé, Aronofsky volvió a dejar a la platea sin aliento con otro filme marca de la casa: madre!, con la que volvió a sus inicios para desgranarnos el concepto de amor contemporáneo al servicio de una estupenda Jennifer Lawrence. Otra obra capital que subraya el inmenso talento de su creador, pero, también, nos avisa que el magnum opus de Aronofsky está por llegar. Y, cómo no, vendrá acompañada de un gran número de teorías que hagan su digestión más sencilla.

Una de sus últimas películas, La ballena, ha sido uno de los mejores trabajos del actor Brendan Fraser ya que le ha valido al actor una nominación a los Globos de Oro.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah

Editado por SundanceTV