Top 5. Propuestas de cine irlandés contemporáneo

El cine irlandés comenzaba el siglo con una perspectiva social muy comprometida, un decidido respaldo hacia las minorías y una fuerte tendencia al posicionamiento ideológico, algo que pudimos apreciar con sensacionales largometrajes como Hunger o El viento que agita la cebada. Sin embargo, las bases de este cine se han ido modernizando y adaptando a las filias de los espectadores, quienes buscan cada vez con más empeño la originalidad de las historias y la relajación política de las mismas. Y eso es precisamente de lo que más pueden presumir las producciones de uno de los países con mayor crecimiento cinematográfico de los últimos años. Claros ejemplos serían las películas que componen el siguiente top 5.

glassland (2014)

Glassland es uno de los retratos más certeros que hemos podido contemplar de la vida de un taxista, visto a través del filtro translúcido que proporciona el empañado cristal de su vehículo mientras avanza, de manera rutinaria, esquivando las multitudinarias trabas que la vida pone a su paso. Con un uso ejemplar del monólogo interior, Gerard Barrett presenta una historia de amor, adicciones y depresiones bajo el pintoresco manto de una de las ciudades más carismáticas de Europa. Un drama de bajo presupuesto y enormes actuaciones que nos ayudará a entender mejor los códigos que sigue la violencia autodestructiva en una mente sugestionada por el alcohol.

Run & Jump (2013)

La ópera prima de Steph Green incide, de manera similar a la establecida por Barret, en un análisis introspectivo de los personajes para darnos a conocer el punto de vista de aquellas familias que no lo han tenido tan fácil para alcanzar una estabilidad que, en cualquier caso, vendrá acompañada de numerosos contratiempos. Sin embargo, el punto de vista de Green siempre será optimista, ahondando de manera reiterativa en los sentimientos de los protagonistas para conseguir un exhaustivo estudio de cada uno de ellos, sus esperanzas y las motivaciones que les hacen levantarse cada día para encarar una lucha que, en ocasiones, puede ser desesperanzadora. La belleza de cada plano, la sinceridad de sus personajes y la tremenda honestidad de las acciones conseguirá que lleguemos a entender que las recompensas de esa lucha superan con creces el esfuerzo empleado.

Sing Street (2016)

El consagrado John Carney recuperaba la magia de la película que le catapultaría a la fama: Once. Con esta magnífica fábula sobre el amor y la generosidad entre hermanos y, sobre todo, con el encanto de esas relaciones sentimentales improbables que, a golpe de esfuerzo, paciencia y comprensión logran trasgredir la barrera de lo estrictamente platónico, para adentrarse en un mundo de ilusión idealizada en el que poder refugiarnos de tanto drama y hostilidad, Carney nos ofrece un oasis de esperanza en este mundo que, por momentos, parece haberla perdido del todo.

Desayuno en Plutón (Breakfast on Pluto, 2005)

La película que hizo despegar a Cillian Murphy fue esta fantástica comedia dramática en la que se mezclan con pericia diferentes géneros para culminar en una de las obras más originales del nuevo milenio. Sin duda, lo más asombroso del filme fue su construcción minimalista pues, todos los sucesos, desde los más tiernos hasta las escenas de violencia extrema, serán ofrecidos a través de la óptica de su omnipresente protagonista: Patrick Braden, quien logrará alcanzar un nivel de empatía casi absoluto con el espectador en su lucha por la supervivencia en este mundo hostil en el que nunca fue aceptado.

What Richard Did (2012)

Antes de que Lenny Abrahamson se convirtiera en uno de los directores más influyentes de Hollywood, su trabajo estaba enfocado a cuentos y leyendas de la vieja Irlanda: la camaradería entre adictos a la heroína (Adam & Paul, 2004), las segundas oportunidades que la vida ofrece a personas solitarias por naturaleza (Garaje, 2007) o, esta cruda adaptación de la novela de Kevin Power: Bad Day in Blackrock, que sigue con detalle los sucesos previos y las consecuencias que se dieron en torno al asesinato de Brian Murphy. Una historia real de frustración y madurez para afrontar los propios errores, sin tomar el fácil atajo que el defectuoso sistema ofrece a determinados ciudadanos “afortunados”.

 

El antepenúltimo mohicano.

Park City