Lo mejor de Sundance ‘90 – Los hermanos McCullen vs. Bienvenidos a la casa de muñecas

Terminamos nuestra primera ronda con dos comedias con tintes dramáticos que triunfaron con el Gran Premio del Jurado en Sundance: Los hermanos McCullen, de Edward Burns, se lo llevó en 1995 y Bienvenidos a la casa de muñecas, de Todd Solondz, lo hizo en 1999. Tras esta primera fase, volveremos a enfrentar a la ganadoras de cada semana para culminar con un top 3 con el podio de lo mejor de Sundance de la década de los 90.

Los hermanos McCullen, de Edward Burns

De qué va: Tres hermanos de origen irlandés viven en Long Island: uno está felizmente casado, otro infelizmente comprometido, otro tiene pánico al compromiso. Las tres perspectivas sobre la vida se van entrelazando a través de distintas situaciones cotidianas.

Puntos fuertes: Nada importa que Edward Burns no se rodee de grandes estrellas para su ópera prima. La agudeza e inteligencia de su guión puede suplir la falta del indie star system. Gracias a su fina ironía y a la forma de contrastar cada uno de los antagónicos puntos de vista de los protagonistas, Los hermanos McCullen propone un compendio de situaciones que fluyen de manera orgánica. El resultado es un grupo de personajes y acciones que nos resultan familiares y, por tanto, nos dejan un buen sabor de boca.

Puntos débiles: Un guión divertido, ameno, ligero… pero que no deja poso. De manera consciente, Edward Burns prefiere que su propuesta no tenga mayor profundidad y, a veces, se deje llevar por los derroteros de la comedia romántica que no le sientan nada bien.

Bienvenidos a la casa de muñecas, de Todd Solondz

De qué va: Dawn tiene once años y la sensación de que nadie la entiende: ni en su casa ni en el instituto. Con su aspecto descuidado y todavía intentando saber quién es, Dawn se enfrenta a la adolescencia y a todo lo que ello conlleva, incluyendo el primer amor platónico.

Puntos fuertes: Solondz da una verdadera lección de cómo hacer orbitar toda una película alrededor de un personaje tan magnético como Dawn. Quizás sea una de las mejores películas que retratan lo que significaba la pubertad en plenos años 90, adornado con buenas dosis de cinismo y humor negro. Este drama desenfadado sobre lo que realmente significa enfrentarse a la pubertad, además, no pierde la oportunidad de lanzar sus dardos a una sociedad que premia la superficialidad o al eterno problema del acoso escolar. El mejor antídoto frente a los coming of age descafeinados o los dramones de instituto del mainstream hollywoodiense.

Puntos débiles: Aquellos que no puedan ver más allá de una simple película de adolescentes se perderán entre su chispeante amargura.

Veredicto: Sin duda, nos quedamos con Dawn Wiener. Es una de las adolescentes más carismáticas del indie norteamericano (con permiso de Juno)  y Todd Solondz propone un retrato excelente con un tono distinto y original.

El antepenúltimo mohicano.

Park City, Utah.

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