Recordando a Anton Yelchin: sus mejores interpretaciones

Como le sucedió a River Phoenix o Heath Ledger, la fatalidad se cruzó en el camino de Anton Yelchin en un momento en el que había dejado atrás la etiqueta de promesa y se había convertido en una realidad. Su presencia era cada vez más importante tanto en el cine comercial como en el independiente, confirmando todo lo apuntado previamente: estábamos ante uno de los grandes actores de su generación. Capaz de aguantar el tipo siendo casi un niño en franquicias como Star Trek y Terminator, y de conmover con bellos personajes en producciones indie como las colaboraciones con Drake Doremus.

Se cumplen cuatro años de la muerte de este actor de orígenes rusos que no dejó nunca de crecer y al que echamos mucho de menos. A continuación, para celebrar su legado, elegimos cinco películas con las que conocer a Anton Yelchin.

Alpha Dog (2006)

El director de El diario de Noa, Nick Cassavetes, firma este thriller coral que con el paso de los años se ha ganado el estatus de película de culto. Un adolescente Anton Yelchin comparte reparto con Justin Timberlake, Emile Hirsch, Ben Foster, Olivia Wilde, Amanda Seyfried, Bruce Willis y Sharon Stone en este drama criminal dotado de un estupendo humor negro donde los personajes más jóvenes son los que captan toda nuestra atención.

Like Crazy (2011)

Película ganadora del Festival de Sundance que cuenta en su reparto, además, con Felicity Jones –en el que era su primer rol de relevancia— y una Jennifer Lawrence que acababa de ser nominada al Oscar por su debut en Winter’s Bone. Junto a Yelchin conforman un triángulo amoroso sobre el que se analizan las relaciones románticas de la juventud. Un trabajo muy digno que mereció más suerte de la que tuvo en la campaña de premios. Like Crazy podría situarse dentro de la última ola posrromántica que inició Revolutionary Road y prosiguieron cintas como Blue Valentine, 500 days of Summer o Rabbit Hole.

Solo los amantes sobreviven (2013)

Yelchin tuvo un personaje secundario pero muy jugoso como vampiro en la excelente película de Jim Jarmusch, uno de los tótems tanto en Sundance TV España como en El antepenúltimo mohicano. Su labor de nuevo es impecable y subraya su capacidad para adaptarse al submundo que propone el autor de Ohio. Yelchin comparte planos con Tom Hiddleston, Tilda Swinton e Imogen Poots y lo hace, una vez más, comiéndose la pantalla.

Green Room (2015)

Y, hablando de exhibiciones interpretativas, en Green Room, la inclasificable cinta de Jeremy Saulnier, lo borda como bajista de una banda punk que se verá involucrado primero en un asesinato y después en la venganza de un supremacista blanco en un bar de medianoche. Un carnaval de música y violencia (marca Saulnier) que ha ido adquiriendo vigencia con los años. Con esta cinta, Yelchin subrayaba que se encontraba en un proceso de madurez con personajes más profundos, que se salían del cliché.

Porto (2016)

Finalizamos con un trabajo hermoso, un romántico que bebe del cine de Richard Linklater y que une a un par de jóvenes, él estadounidense, ella francesa, en la noche de la preciosa ciudad de Porto. La dirige con mucha sensibilidad Gabe Klinger. Un largometraje que pasó muy desapercibido incluso en el circuito de festivales pero que merece la pena visionar. Es la demostración de que Yelchin se movía con mucha destreza en los terrenos del romance y la sensibilidad. El filme de Klinger contiene todas las razones de por qué no podremos olvidar a este joven intérprete que seguirá emocionándonos cuando la sala apague sus luces.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah.

 

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