Toshiro Mifune: las mejores películas de un actor legendario

Y seguimos en pie aplaudiendo. Si la semana pasada os hablábamos del aniversario de Akira Kurosawa, uno de los grandes directores de la historia del cine, hoy lo hacemos de su actor fetiche, Toshiro Mifune, al igual que su amigo y compañero, icono del cine asiático. Mifune nació el 1 de abril de 1920 en Qingdao. Tras sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial, donde cumplió el servicio militar como técnico de reconocimiento aéreo, con 27 años debutó en el cine con Snow Trail, de Senkichi Taniguchi, primera piedra de una carrera primorosa. Su rotunda presencia física y su atractivo le otorgaron una serie de papeles cómodos que le hicieron entrar en la industria. Su colaboración con Kurosawa le otorgó la gloria. Consiguió dos Copa Volpi de la Mostra de Venecia, por sus interpretaciones en Yojimbo (1961) y Barbarroja (1965) y, sobre todo, se ganó el respeto del público de todo el mundo. A continuación, elegimos sus mejores películas, abriendo el foco más allá de la narrativa de Kurosawa.

Secreto de esposa (1956)

El gran Mikio Naruse, coetáneo de Kurosawa, Mizoguchi y Ozu, pero siempre en un segundo plano para el gran público de forma injusta, dirigió a Mifune en este drama familiar con Hideko Takamine de gran protagonista. Ella da vida a una mujer que anhela montar su propia cafetería. Sin embargo, la llegada del hermano de su marido cambiará su cotidianidad y también modificará sus planes.

El hombre del carrito (1958)

Ganadora del León de Oro de la Mostra. Hiroshi Inagaki dirige este drama ambientado en el Japón feudal –el intervalo histórico clave en las temáticas del cine nipón de los años 50— que cuenta la historia de Matsugoro, un conductor de un carro que se encuentra con un niño extraviado al que devuelve a su familia. Tras la muerte del padre, la madre le pide al conductor que se ocupe de la educación del chico. Una de las mejores películas de Inagaki, un cuento tan sencillo como sensible.

La fortaleza escondida (1958)

Nos adentramos, una vez más, de lleno en la colaboración de Kurosawa y, de nuevo, en el Japón el siglo XVI. Ganadora del Oso de Plata a la mejor dirección y el Premio Fipresci de la Berlinale, la película narra cómo dos ladrones de poca monta, antiguos desertores, son atrapados in fraganti por Rokurota Makabe (Mifune), un general de gran fama. Con el oro incautado, y con el apoyo de estos dos desdichados, iniciará una campaña para salvar a una princesa en apuros. Comedia de aventuras que nos presenta el lado más lúdico del actor.

Los canallas duermen en paz (1960)

Mifune y Kurosawa se adentran en el cine negro con este largometraje que compitió por el Oso de Oro de la Berlinale. Un filme que parte de un presente difuso y que nos ubica en la boda de la hija del presidente de una gran empresa y el secretario de este. El cómo llegó a ese cargo dicho sujeto se convierte en el leitmotiv verbal de la celebración ya que su consecución partió del presunto suicidio de un hombre. Este es el punto de partida de este noir sin demasiada fama para la cinefilia pero a la altura de las grandes muescas del género facturadas en Estados Unidos.

Sanjuro (1962)

Y terminamos, como no podía ser de otra forma, con samuráis. Aunque nombrar a Mifune es hacerlo de Los siete samuráis, hemos elegido esta magnífica película de aventuras contextualizada en la era Tokuwaga que describe el proceso de creación de una banda de samuráis que buscará aplicar justicia en una zona donde domina la corrupción. La llegada de Sanjuro (un excelso Mifune), un misterioso guerrero, les concederá un líder que llevará a buen puerto sus ataques.

El antepenúltimo mohicano

Park City, Utah

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