¿Por qué no hay que perderse La culpa de Gustav Möller?

Hace un par de meses llegaba a una conocida plataforma Culpable (The Guilty, Antoine Fuqua, 2021), thriller psicológico a mayor gloria de Jake Gyllenhaal que subraya, entre otras cosas, la falta de ideas en la nueva realidad fílmica que vivimos, ya que hablamos del remake de uno de los clásicos recientes del cine europeo: la danesa La Culpa –su título internacional también es The Guilty—, dirigida por Gustav Möller y guionizada Emil Nygaard Albertsen y el propio Möller. Ambos nombres aparecen al comienzo y final de esta cinta dirigida por Fuqua que calca casi todas las escenas de un título que, desde que se presentó en Sundance –donde ganó el premio del público de la competición internacional— hace tres años, se sabía que se convertiría en una de las películas de su año. Su paso por el mercado de la Berlinale así lo remarcó y después fue el calendario el que puso en su lugar este magnífico ejercicio de intriga: nominaciones a los European Film Awards y una de las favoritas al Oscar extranjero que se quedó a las puertas de la nominación -superó la shortlist pero no entró en la terna final. Poco importaba esto último, el filme de Möller fue una de las cintas preferidas para el espectador en 2018.

Es uno de los grandes thrillers del siglo XXI

The Guilty nos sitúa en un slot del servicio de emergencias de la policía de Copenhague. Allí está, y no demasiado cómodo, Asger Holm, un agente de cierto prestigio que ha sido suspendido por verse involucrado en una muerte aparentemente accidental en acto de servicio. Holm está viviendo un momento de tensión personal y familiar debido a ello. Ni la resaca ni el gran número de llamadas ayudan. Y más cuando aparezca en la centralita La llamada: una mujer, en clave, hace saber al policía que está siendo secuestrada por su pareja. Conduce una furgoneta y ha dejado atrás a sus hijos pequeños, solos en el apartamento. Comienza así una persecución en la que tanto el protagonista como el espectador debe hacerse a la idea sin ningún apoyo visual, solo verbal. Por supuesto, no todo es tan diáfano. The Guilty logra algo increíble: que mantengamos la atención en todo momento y que empaticemos con un personaje que, de primeras, es todo lo opuesto a un héroe.

Por la gran interpretación de Jakob Cedergren

Jakob Cedergren no es ningún recién llegado. Ha sido nominado dos veces a los Premios del Cine Europeo: primero por la excelente Submarino (2010), de Thomas Vinterberg; segundo por su excelente labor en la cinta que nos ocupa. Sobre él se apoya la narrativa de Möller-Albertsen, resultando profundamente humano y veraz. Es una de las grandes interpretaciones del cine del viejo continente en la última década. Resulta aún más incomprensible la existencia de un remake americano cuando, en realidad, la gran virtud del filme reside en la capacidad de este actor sueco-danés.

Porque se desarrolla en un mismo espacio

Los thrillers que acontecen en un mismo lugar se han erigido en un subgénero propio. Echando la vista atrás recordamos obras como Última llamada -la última gran película de Joel Schumacher, protagonizada por Colin Farrell—, Buried –el gran filme de Rodrigo Cortés, protagonizado por un no menos excelso Ryan Reynolds— y, claro está, La Cabina (1972), el magnífico mediometraje de Antonio Mercero que inmortalizó José Luis López Vázquez. A veces, menos es más, y estas cintas y La culpa dan mucho con muy poco. No se la pierdan.

El antepenúltimo mohicano

@eamcinema | Park City, Utah.

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